Millones de mexicanos encontraron un salvavidas en las remesas, que se dispararon a sus máximos históricos, ante la crisis económica y sanitaria provocada por el covid-19. Así sucedió con María Fernanda cuando la pandemia le arrebató el empleo, ya que pasó a depender de esos recursos que le envía su padre radicado en Estados Unidos.
Al mismo tiempo, la joven de 22 años, quien trabajaba como oficinista, vio la preocupación de su papá de perder él también su trabajo como camionero, tras el cierre de varias actividades.
"Fue una mortificación enorme pensar que un día mi papá me dijera '¿sabes qué? Me llamaron a casa, me dijeron que ya no me presentara", cuenta María Fernanda Camaño en Izúcar de Matamoros, Puebla (centro), uno de los estados mexicanos que más remesas recibe de los migrantes.
"Afortunadamente consideraron el empleo de mi papá como primera necesidad, entonces fue cuando tuvo más trabajo aún", agrega.
Al igual que Camaño, 1.8 millones de hogares reciben remesas de unos 12 millones de mexicanos radicados en el exterior, principalmente en Estados Unidos.
Esos envíos, que en todo 2020 sumaron 40 mil 606 millones de dólares según cifras oficiales mexicanas, han permitido a las familias resistir el golpe económico del coronavirus en México, principal receptor de remesas de América Latina.
Según el privado Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, más de la mitad de la población del país -de 126 millones de habitantes- está en situación de pobreza. En Puebla la cifra llega a 59 por ciento.
Víctor Hugo, padre de María Fernanda, lleva 15 años viviendo en California, donde conduce camiones de carga por la noche.
Desde hace unos tres años le envía dinero a su hija, para quien ese apoyo se volvió crucial al quedar desempleada.
"Me he puesto a pensar: ¿qué hubiera pasado si él se hubiera quedado aquí? Tal vez no hubiera podido ayudarme", reflexiona la joven.
Cifras récord
En México las remesas tuvieron un crecimiento sorprendente desde que inició la pandemia. Solo en marzo de 2020, cuando la crisis comenzó a golpear al país y a Estados Unidos, aumentaron 35 por ciento frente al mismo mes de 2019.
El monto promedio por envío también subió hasta 370 dólares mensuales en 2020, según el banco central Banxico, que reportó que en marzo pasado las remesas tocaron un récord histórico de 4 mil 151 millones de dólares.
Varios factores explican ese aumento global, como "los estímulos económicos de Estados Unidos, pues los montos directos (ndlr: cheques enviados a los hogares) eran de casi mil 200 dólares por persona", indica Juan José Li Ng, economista del banco privado BBVA México. "Gran parte de eso se transformó en remesas", asegura.
Se suma el efecto que tuvo el cierre de fronteras entre México y Estados Unidos. Varios mexicanos que hacen su vida en ambos lados prefirieron quedarse en territorio estadunidense y enviar el dinero como remesa en lugar de llevarlo directamente, agregó el especialista.
También ayudó la depreciación del peso mexicano frente al dólar. "El tipo de cambio llegó a los 24 o 25 pesos, vieron que casi aumentaba en 25 por ciento el valor de lo que enviaban. (...). Sabían que les iba a rendir más a sus familias", observa.
Gobierno agradecido
María Fernanda vive "infinitamente" agradecida, pero también inquieta por las privaciones que imagina en la vida de su padre.
"No estoy consciente de qué sacrificios él está haciendo para hacerme llegar ese apoyo", afirma.
Como ella, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, agradece continuamente a los migrantes por su desprendimiento en momentos críticos para la economía, que se contrajo 8.5 por ciento en 2020.
"Agradecerles mucho, como siempre, a nuestros paisanos migrantes por su apoyo, porque todo este dinero se dispersa abajo, en las familias, en los pueblos", expresó el pasado miércoles el mandatario.
"Esto nos ha ayudado a enfrentar los estragos de la pandemia en lo económico", admitió.
srgs