Una organización criminal con posible base en Rusia estuvo detrás del ataque de ransomware que interrumpió el sacrificio de animales en JBS, indicó la Casa Blanca con información del procesador de carne más grande del mundo.
La compañía, con sede en Sao Paulo, los últimos dos días sufrió un ataque cibernético contra sus sistemas norteamericanos y australianos que detuvo el trabajo de miles de empleados.
JBS hizo que dejaran de laborar 7 mil empleados en los rastros australianos que dependen de personal ocasional, mientras que los turnos de al menos 3 mil trabajadores fueron cancelados en Canadá y Estados Unidos.
A última hora del martes, JBS informó avances en la resolución del problema y que la mayoría de sus plantas regresarán a las operaciones en poco tiempo. Sin embargo, un representante sindical dijo que al menos un turno de la planta de Greeley, Colorado, de la compañía fue cancelado ayer.
El incidente, que se descubrió por primera vez el domingo, es el más reciente de una serie de ataques cibernéticos contra empresas con importantes papeles en la economía, incluido uno de ransomware el mes pasado que detuvo el flujo del oleoducto Colonial, una arteria vital de combustible para la populosa costa este de EU.
La Casa Blanca se encuentra “dialogando directamente con el gobierno ruso sobre este asunto y dio el mensaje de que los Estados responsables no albergan criminales de ransomware”, dijo el martes la portavoz Karine Jean-Pierre.
Jean-Pierre agregó que el FBI está investigando el ataque y que el presidente de EU, Joe Biden, ordenó a la administración que busque formas de mitigar las disrupciones del suministro.
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Ayer el Kremlin respondió a las acusaciones diciendo que no tenía información sobre quién puede estar detrás del ataque, pero que responderá de inmediato a cualquier solicitud oficial de asistencia.
“No sé nada de esto”, dijo a los periodistas Dmitry Peskov, portavoz del presidente Vladímir Putin. “Se mantienen ciertos contactos a través de canales diplomáticos… si los estadunidenses presentan acusaciones, claramente serán procesadas de una manera bastante rápida”.
Es probable que el delito cibernético sea un tema en la agenda de la cumbre entre Putin y Biden en Ginebra este mes, dijo Peskov, y agregó que es prematuro hablar sobre la posible cooperación entre Estados Unidos y Rusia para combatir los ataques cibernéticos.
Así como los conductores se preocupaban por la escasez de gasolina durante el corte de Colonial, la industria agrícola expresó su preocupación por JBS. “Debido a que JBS controla alrededor de 20 por ciento del procesamiento de carne en Estados Unidos, ataques de seguridad como este pueden tener enormes implicaciones para nuestro suministro nacional de alimentos”, señaló la National Farmers Union (Unión Nacional de Agricultores) de EU en Twitter.
JBS tomó medidas inmediatas cuando determinó que era el blanco de un ataque cibernético organizado, entre ellas suspender los sistemas afectados y avisar a las autoridades. El ataque afectó a algunos servidores que soportan sus sistemas informáticos de Australia y América del Norte.
“La empresa no tiene conocimiento de ninguna prueba en este momento de que los datos de los clientes, proveedores o empleados se hayan visto comprometidos o mal utilizados como resultado de la situación. La resolución del incidente llevará tiempo, lo que puede retrasar ciertas transacciones con clientes y proveedores ”, indicó JBS.
En EU, la planta de carne de res de la compañía en Cactus, Texas, cerró el martes, anunció la instalación en Facebook. Los turnos en la planta de carne de res en Greeley, el rastro más grande de la compañía en Estados Unidos, también fueron cancelados, de acuerdo con un representante sindical.
Los cierres hicieron que el Departamento de Agricultura de EU retrasara sus informes sobre los precios del ganado y la carne, citando “problemas en entrega de la presentación de los empacadores”.
JBS canceló turnos en una planta de carne de res en Brooks, Alberta, y todavía no indica cuándo podrá reanudar el procesamiento de ganado vacuno, porcino y ovino en sus 47 instalaciones en Australia, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto.
Matt Journeaux, un funcionario del Sindicato de Empleados de la Industria Cárnica de Australia, dijo que el personal de JBS llegó al trabajo el lunes por la mañana y les dijeron que dejaran de trabajar debido al ataque.
“Esto afectará la producción de alimentos. Solo depende de cuánto tiempo dure el cierre. JBS exporta cerca de 60 por ciento de lo que procesa, por lo que algunos clientes extranjeros pueden sentir escasez”, advirtió.
Los futuros del ganado cayeron debido a las expectativas de que los rebaños retrocederán fuera de los rastros, y el contrato de referencia en Chicago cayó casi 4 por ciento en un momento el martes.
La industria de procesamiento de carne depende de software y sistemas informáticos para el rastreo y la clasificación de animales, así como para mantener registros para cumplir con los estándares regulatorios.
Dalmo Veras, director ejecutivo de 313X, un grupo brasileño de ciberseguridad, dijo: “Este tipo de ataques son más normales de lo que pensamos y los peores son de los que ni siquiera sabemos”.