En medio de la pandemia por el covid-19, cientos de restauranteros independientes encontraron en las aplicaciones de reparto de comida a domicilio la fórmula para seguir operando y manteniendo sus ingresos; sin embargo las comisiones que apps como Uber Eats, Rappi y otras cobran por hacer los envíos, no alivian las apretadas finanzas de los pequeños empresarios.
Los llamados de auxilio de los restauranteros ya fueron escuchados en algunas ciudades del mundo como San Francisco y Seattle, en Estados Unidos, donde decidieron limitar a 15 por ciento las tarifas que cobran este tipo de plataformas a los restaurantes.
“Sabemos que muchas de nuestras pequeñas empresas están sufriendo debido a la pandemia de covid-19, y que los servicios de entrega han sido un salvavidas para nuestros restaurantes durante este tiempo sin precedentes”, dijo la alcaldesa de Seattle, Jenny Durkan, el pasado 24 de abril, cuando hizo el anuncio.
“Desafortunadamente, algunos servicios de entrega de terceros están cobrando tarifas de comisión exorbitantes, lo que exacerba las dificultades financieras que muchos restaurantes ya están experimentando”, destacó.
En ambas ciudades el planteamiento es que la tarifa de 15 por ciento se mantenga hasta que los restaurantes puedan volver a abrir de manera normal.
En promedio las aplicaciones de entregas a domicilio cobran a los restaurantes una comisión de 30 por ciento, con el argumento de que así se cubren los costos operativos de dichas plataformas.
En Europa, por ejemplo, la plataforma Just Eat se comprometió a devolver un tercio del 14 por ciento de comisión que cobra a los restaurantes independientes para ayudarles a mantener sus puertas abiertas.
MCM