La planta armadora de Volkswagen ubicada en Puebla es muy relevante para la economía de la entidad, pues su actividad junto con la de sus proveedores de piezas y servicios participa con 40 por ciento del producto interno bruto (PIB) estatal, señaló Juan Almazán Corona, investigador en asuntos laborales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep).
En entrevista con MILENIO, destacó que por esto es muy riesgoso para la entidad que se detenga la operación de la planta por una huelga de trabajadores que exigen un mayor aumento salarial al que ofrecen a su sindicato.
Destacó que el acuerdo de aumento de 11 por ciento global era positivo y estaba por arriba de los parámetros de otras empresas de la industria automotriz.
“No solamente Volkswagen, son las subsidiarias y todo lo que se genera alrededor. Usted sabe que hay empresas que viven de Volkswagen, de lo que genera. Entonces, yo creo que el impacto va más allá, yo creo que, no sé, tal vez, un 40 por ciento”, destacó.
Reconoció que una alternativa es que en las negociaciones la empresa acepte subir el aumento salarial; sin embargo, es complicado que suceda porque la industria automotriz está enfrentando complicaciones mundiales.
“Obviamente, la empresa tiene que ver sus posibilidades financieras. Hablar de un punto, o dos, o tres o más como los que quieren los trabajadores, implica un impacto económico. No hay que olvidar que venimos saliendo de una pandemia”, apuntó.
Después de que el pasado 31 de agosto, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen rechazó el acuerdo, está más latente la posibilidad de huelga para el próximo 9 de septiembre, a lo que el especialista de Upaep destacó que espera que no se precipiten en la decisión.
“Yo esperaría que de aquí al 9 haya la cordura, la madurez para sentarse a platicar y seguir viendo una posibilidad de negociación”, señaló Almazán.
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