Por: Jorge G. Castañeda
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
La confirmación de esta idea no significaría que el movimiento social-electoral que llevó a López Obrador a la presidencia haya sido un mito. Para nada. Hubo un rechazo a los malos gobiernos de 2006 a 2018, cada uno malo por distintas razones: el de Fox por no cumplir las expectativas y no romper con el pasado. El de Calderón por la guerra elegida, inútil y sangrienta contra el narco. El de Peña Nieto por la corrupción, la frivolidad y el sectarismo mexiquense. López Obrador despertó la esperanza de muchos mexicanos. La división de los opositores y los errores de la campaña del Frente fueron factores importantes e inexcusables. Pero todos los errores de esta hipótesis, los errores de la oposición, no alcanzan a explicar los treinta puntos porcentuales de ventaja de López Obrador ni los 18 millones de votos de diferencia.