El muro que produce una ciudad

Quienes crecimos en la ciudad de Tijuana de los años noventa, lo hicimos domesticados en la obviedad de la presencia del muro fronterizo.

La historia que se tiene que contar sobre el reforzamiento del aparato fronterizo debe ser concomitante, recursiva e interdependiente.
Nexos
Ciudad de México /

Por: Juan Antonio Del Monte Madrigal

Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos

A la historia de cómo una línea divisoria ha devenido en un muro rígido —que poco a poco damos por sentado según la demografía de la ciudad se va ampliando— hay que añadirle, por supuesto, los procesos y acontecimientos históricos de amplia influencia cuyas repercusiones se han sentido con mayor peso en las urbes más desaventajadas de la geometría política y económica entre México y Estados Unidos: las del sur de la frontera. El último gran giro de tuerca que solidificó de manera cualitativamente distinta el paso fronterizo, se dio tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

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