Niñez cruzando el Bravo a pesar del crimen, la migra y la pandemia

Ni Trump, la pandemia o Joe Biden han frenado las actividades de organizaciones criminales que trafican con migrantes y usan a menores de edad para tal fin.

Migrantes menores de edad (Patricio Betteo)
Nexos
Ciudad de México /

Por: Tamara Haydée Segura Herrera y Oscar Misael Hernández-Hernández

Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos

En la prensa y academia mexicanas apenas tomaron visibilidad al iniciar el siglo XXI y, en la frontera de Tamaulipas, en la última década. En esta última región fronteriza, los menores de circuito conforman una subpoblación de niñez migrante vulnerable, pero también con capacidad de agencia dentro de sus posibilidades. La gran mayoría radica en ciudades fronterizas, son de estratos socioeconómicos bajos y de familias “disfuncionales” en las que, a veces, algún familiar realiza actividades ilícitas. Algunos abandonaron sus hogares para irse a vivir con amigos o solos; otros se hicieron responsables del ingreso familiar ante la ausencia paterna. También hay casos de menores de circuito con familias con ingresos estables, quienes fueron enganchados por amigos o conocidos, o bien ingresaron al tráfico de migrantes por la “aventura” de cruzar la frontera. En menor medida, hay casos de menores de circuito que provienen del interior de la República mexicana, quienes fueron “invitados” por supuestos familiares o amigos con la idea de “mejorar” su situación económica.

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