En los últimos años ha comenzado una creciente tendencia hacia un estilo de vida más saludable y consciente. Parte fundamental de este movimiento es la incorporación de las bebidas funcionales, que han ganado un lugar destacado en la industria, transformando nuestra manera de hidratarnos en una oportunidad para mejorar nuestra calidad de vida.
Lo mejor es que son accesibles y prácticas, por lo que les presentaré algunas que los ayudarán a vivir más y mejor. En esta ocasión me centraré en destacar las propiedades y beneficios del agua de jamaica, el té verde, las infusiones de menta y canela, así como el café por sus compuestos bioactivos que contribuyen a tu longevidad.
El agua de jamaica es beneficiosa para personas con hipertensión, ya que ayuda a modular los electrolitos, disminuyendo la presión sanguínea. Además, es rica en fitoquímicos que mejoran la oxigenación en el organismo, y prepararla es sencillo y se puede hacer en casa. El proceso consiste en hervir las hojas de jamaica y luego dejar enfriar el líquido. Recomiendo endulzarla lo menos posible para mantener sus beneficios. Estudios han demostrado que los antioxidantes de la jamaica reducen el estrés oxidativo, lo que es fundamental para prevenir enfermedades crónicas.
El té verde es reconocido como la bebida con mayor contenido antioxidante. Disponible en prácticos sobres, se prepara con agua caliente. Es importante no añadir leche ya que esto interfiere con la absorción de sus propiedades. Este té es valorado por su potencial termogénico en la grasa visceral, lo que significa que reduce la grasa alrededor del hígado, previniendo así enfermedades metabólicas como diabetes y dislipidemia.
Y ahora las infusiones. La de canela, además de ser deliciosa, ha demostrado efectos hipoglucemiantes, lo cual mejora la resistencia a la insulina y la diabetes, además de que ofrece un efecto de relajación. Mientras que la de menta posee propiedades relajantes y antiinflamatorias a nivel intestinal, dando alivio casi inmediato a la colitis.
Y por último el café, que ofrece enormes beneficios cuando se consume en su forma más pura: sin endulzar y sin leche. La ciencia lo ha descrito como un protector del corazón siempre y cuando su consumo no pase de tres tazas al día. Sin embargo, es fundamental considerar que la genética juega un papel crucial en cómo nuestro cuerpo responde ante él. Ciertas variantes genéticas pueden hacer a las personas susceptibles a la hipertensión si consumen más de una taza diaria por varios años. Por ello, como nutrióloga especializada en genética y longevidad, recomiendo limitar su consumo a solo una taza al día para aprovechar sus beneficios antioxidantes, termogénicos y estimulantes sin exponerse a posibles riesgos.
Al elegir conscientemente qué bebida consumir y en qué momento del día, podemos maximizar sus beneficios: por la mañana, una taza de café ofrece un impulso de energía y claridad mental para enfrentar los desafíos del día. Por la tarde, el agua de jamaica, la infusión de menta y el té verde son ideales para mantenernos hidratados, energizados y libres de molestias digestivas. Finalmente, para concluir el día, una infusión de canela puede ser la compañía perfecta para un descanso reparador.
Incorporar estas bebidas funcionales en nuestra rutina diaria es una forma sencilla y agradable de cuidar de nuestra salud, brindándonos no solo hidratación sino también nutrición y protección contra diversas afecciones.
Experta en Nutrigenética y Medicina del estilo de vida