“Ale, ¿Por dónde empiezo? tengo casi 40 años y no me siento bien”. Me dijo un amigo de mi esposo hace poco. “He intentado de todo” prosiguió “pero no logro cambiar”. Ésta es una plática común que tengo con muchos pacientes hombres. Para muchos, llegar a esa edad con poca condición física y/o con algún diagnóstico crónico como diabetes o hipertensión, suele ser motivo de preocupación y buscan cambiar de un día a otro todos sus hábitos con la intención de mejorar. Pero eso es un gran error. Los cambios drásticos no duran.
Si tú estás en una etapa similar, en lugar de apuntar a cambios radicales, enfócate en los milimétricos. Éstos son los que se sienten como pequeños ajustes, no cuestan trabajo, son sostenibles y puedes repetirlos día con día sin alterar tu rutina. Esta es la clave tanto para adoptar buenas rutinas, como para deshacerte de las que no son tan favorables. Te muestro algunos ejemplos a continuación:
Jugo verde
Diario, al despertar, toma uno. Hazlo fácil, incluye sólo 1 taza de piña, 1 puño de espinacas y agua. Esto te aportará 3 gramos de fibra y la mayor parte de la vitamina C que necesitas en un día. La forma más sencilla es dejar paquetes refrigerados un día a la semana con las porciones adecuadas de fruta y verdura, para después preparar con agua en tu licuadora. Te tomará menos de 3 minutos y los beneficios a nivel digestivo serán inmediatos. Acompáñalo siempre con tus desayunos, y después mejora tus desayunos.
1 manzana al día
Este consejo se lo doy a la mayoría de mis pacientes. Es una fruta fácil de transportar y con un precio accesible. Al consumir 1 manzana al día ingieres pectina, una de las fibras con mayor beneficio a nivel genético. Activa genes para disminuir el colesterol sanguíneo y la grasa del hígado, ocasionando así mejor salud cardiovascular y metabólica. Consúmela a la hora que quieras.
Toma 1 taza de té verde
No es difícil. Tan sólo requieres comprar sobrecitos de té verde, que están en todos los supermercados, una taza y agua caliente. Deja el sobre de té reposar por 5 minutos en el agua para que suelte sus propiedades y bébelo. Es el antioxidante más potente y tiene efecto no solo para disminuir el riesgo de cáncer, sino que mejora la salud cognitiva, te ayuda a concentrarte, gastar más energía y ocasiona que las bacterias buenas del intestino te protejan ante enfermedades. Tómalo después de tu comida, así te dará energía para realizar tus actividades por la tarde sin quitarte el sueño por la noche.
Ahora, respecto a los hábitos desfavorables
Cámbialos también de forma milimétrica. Si fumas 10 cigarros al día, proponte sólo 8 (estarás cortando el 20% de tu vicio). Si lo que deseas es beber menos alcohol, intercala tus bebidas con un vaso de agua natural y te sorprenderás de cómo eres capaz de bajar tu ingesta sin sentirte restringido. Por otro lado, cambia todas las harinas blancas por aquellas que son integrales, y sigue disfrutando de tus platillos favoritos, pero ahora con más fibra. Y cada 2 meses, proponte cambiar un poco más. Al cabo de un año serás otro.
Muchas personas, al momento de querer recuperar su salud, cambian de forma drástica y se frustran por no ser capaces de lograrlo. Este acercamiento, el milimétrico, te aseguro que te llevará más lejos, sin que lo pases mal en el camino. Sé compasivo contigo, construir hábitos para vivir más y mejor toma tiempo, y como le dije al amigo de mi esposo “aún tienes tiempo, te queda más de la mitad de tu vida, empieza hoy”.