Diagnóstico no es lo mismo que enfermedad

Ciudad de México /
SAMANTHA MARTÍNEZ

Por años nos dijeron que los diagnósticos crónicos eran una sentencia. “Enfermedad crónico degenerativa” era un término general hacia padecimientos no transmisibles que acechan a un gran porcentaje de la población hoy: diabetes, hipertensión, artritis, esclerosis, lupus, etc. Pero ese término, que lleva implícito el miedo de un deterioro inevitable hacía creer a las personas que, una vez diagnosticados, su cuerpo comenzaría a fallar de forma irremediable. Ese enfoque basado en el miedo, en mi opinión, ha causado más daño que beneficio.

¿Por qué? Porque esa visión llena de temor paralizó a muchos pacientes. Al recibir un diagnóstico, se autopercibían enfermos y aceptaban la derrota anticipada. Frases como “de algo me voy a morir” se siguen usando como excusa para no hacer cambios positivos después de un diagnóstico, deteniendo cualquier intento de asumir un papel activo en el cuidado de la salud. 

Sin embargo, mi experiencia tratando a los pacientes mediante la nutrigenética y medicina de estilo de vida me ha demostrado que es posible cambiar esta mentalidad. Aquí quiero compartir una idea clave, que me ha permitido empoderar a muchos pacientes y ayudarlos a que mejoren su calidad de vida: un diagnóstico no es sinónimo de estar enfermo. 

La enfermedad incapacita, duele, limita y destruye calidad de vida. En cambio, un diagnóstico es simplemente una etiqueta que puede acompañarnos como un recordatorio invaluable de que no hay nada más importante que mantener la salud. 

He trabajado con pacientes diagnosticados con esclerosis múltiple, lupus, diabetes, artritis, hipertensión, enfermedad hepática y más. Creyendo en su capacidad de cambio, empoderándolos en retomar el control de sus salud y brindando información personalizada, muchos de ellos disfrutan una vida plena, con una calidad de vida superior a la que tenían antes de ser diagnosticados. 

¿Cómo lo han conseguido? Gran parte de este cambio se basa en un enfoque personalizado y la percepción positiva de su diagnóstico. Con nutrigenética, por ejemplo, se dan recomendaciones específicas sobre suplementos, planes de alimentación y ejercicios diseñados para cada persona, y con una percepción positiva de la vida se incrementa la confianza de lograr una transformación tanto física como emocional. 

El camino hacia una vida más saludable no tiene que ser complicado, y si no se puede acceder a un examen genético, se puede comenzar con pasos sencillos que pueden marcar una diferencia real:

Agrega más verduras a tus comidas para obtener antioxidantes y antiinflamatorios diario.

Toma el sol diariamente. Un ratito bajo el sol hace maravillas por tus niveles de vitamina D y tu bienestar general.

Haz comunidad, hablar con otras personas que comparten tu diagnóstico puede brindarte apoyo, ideas y nuevas perspectivas.

Duerme mejor. Establece horarios regulares y prioriza tu descanso, es vital para todo tu cuerpo y mente. Descansa para que tu cuerpo tenga la fuerza necesaria para combatir aquello que esté sucediendo.

Recuerda esto, no tienes que sobrevivir una enfermedad crónico-degenerativa, puedes vivir con un diagnóstico crónico y con un poco de esfuerzo y un cambio de mentalidad, ese diagnóstico puede convertirse en un recordatorio de que la salud es el tesoro más valioso que tenemos. Recuerda que cada pequeño cambio que hagas te acerca más a una vivir más y mejor. Y si estás en este camino, sigue adelante, cada paso cuenta. 


  • Ale Ponce
  • Experta en ciencia e investigación de la nutrición con destacadas habilidades en el campo de la nutrigenómica y los alimentos funcionales. Vasta experiencia en el área de nutrición clínica y administración educativa. Publica su columna Vive más y mejor todos los lunes.
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