Envejecimiento de origen inflamatorio

Ciudad de México /
Alfredo San Juan

En inglés se denomina inflammaging y ha sido objeto de numerosas investigaciones en los últimos años pero, ¿en qué consiste?.

Te lo explico.

La inflamación es una respuesta natural y buena por parte de nuestro cuerpo ante un estímulo externo que la daña. Por medio de procesos inflamatorios agudos (rápidos y de corta duración) podemos defendernos de patógenos, lesiones, del ambiente, etc. Este tipo de inflamación se autolimita (termina por sí sola una vez que ha pasado el proceso del cual te defendió). Sin embargo, la capacidad de autolimitarla se puede perder, y esto genera problemas de salud.

Vivir bajo un estado proinflamatorio, es decir, que propicie estos eventos en el cuerpo, lo orillan a dejar de limitarla. Algunas actividades que estimulan la inflamación son desvelarse, pues los órganos trabajan a marchas forzadas en horarios donde deberían descansar; fumar y beber alcohol, ya que estas sustancias son potentes oxidantes de las células; el sedentarismo también por la pérdida de masa muscular que ocasiona la falta de movimiento; el consumo alto de grasas saturadas, así como el bajo consumo de frutas y verduras; y otras situaciones sobre las que no tenemos mucho control como la contaminación, inseguridad alimentaria y falta de servicios de salud preventivos.

Si bien todos vamos a envejecer (no hay tal cosa como el anti-aging) debemos saber que lo podemos hacer de forma saludable, y para ello, hay que comprender el proceso de envejecimiento. Éste, a diferencia quizá de lo que muchos creen, no sucede al mismo tiempo en todo el cuerpo, envejecemos por partes. Cuando sucede de forma prematura, tiene que ver con nuestra incapacidad de modular la inflamación en diferentes órganos. ¿Has escuchado decir que alguien de 30 años tiene el hígado de una persona de 70? O mujeres después de la menopausia alarmadas porque sus médicos les han dicho que sus huesos “parece de alguien de 90 años”. Estos comentarios no los considero apropiados porque hacen ver la edad avanzada como una etapa de dolor y fragilidad, pero comprendo que se refieren a que sus órganos están dañados más allá de lo que se esperaría por la edad, y esto se debe a su exposición constante a la inflamación e incapacidad por limitarla.

Debemos de cambiar, e intentar retrasar este proceso lo más posible todos quienes hoy gozamos de salud. Y quienes no, combatirla día a día para no empeorar. Se sabe que la ingesta de una dieta alta en verduras verdes, frutas cítricas, leguminosas, cereales enteros y proteínas bajas en grasa saturada, son la mejor forma retomar el control sobre los procesos inflamatorios. Todos los alimentos que provienen de la tierra contienen sustancias llamadas fitoquímicos que actúan a nivel genético y “apagan” la inflamación, regresando el cuerpo a un estado de salud.

Evalúa tu alimentación hoy y comienza a agregar aquello que te falte. Una taza de hojas verdes al día hace la diferencia; una fruta más al día te ayudará a ganar salud; come frijoles, lentejas y garbanzos al menos tres veces por semana y comienza a cambiar la carne roja por pollo y pescado. Todos los días tienes la oportunidad de luchar contra los procesos inflamatorios que aceleran tu envejecimiento y mientras más pronto comiences, más oportunidad tendrás de vivir más y mejor. Te recomiendo, también, ver la nueva serie de Netflix Vivir 100 años, donde verás los consejos que tienen para nosotros las personas que viven más de 100 años con salud y felicidad. 


  • Ale Ponce
  • Experta en ciencia e investigación de la nutrición con destacadas habilidades en el campo de la nutrigenómica y los alimentos funcionales. Vasta experiencia en el área de nutrición clínica y administración educativa. Publica su columna Vive más y mejor todos los lunes.
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