¿Eres parte de la generación 'sándwich'?

Ciudad de México /
Alfredo San Juan

Hace unos días, mientras me encontraba en una reunión con mis amigos, nuestra conversación, que suele ser sobre nuestros hijos, tomó un giro hacia los desafíos relacionados con la salud de nuestros padres. Fungí como una moderadora en este tema pues tengo la fortuna de que mi mamá goza de excelente salud, pero esto lo experimenté en los últimos días de vida de mi padre

Era evidente que mis amigos pasaban sus días intentando equilibrar su tiempo y energía entre el cuidado de sus hijos y el de sus padres, quienes cada vez requieren más apoyo y asistencia. Les hice saber que no estaban solos en esa situación, y que existe un término para describir esta generación: la generación sándwich. Identificarse como parte de este grupo es importante, ya que enfrentan desafíos únicos que requieren comprensión, estrategias específicas y, sobre todo, una comunidad que dé apoyo.

Uno de los retos más fuertes que enfrentan los sándwich es el estrés financiero. Esta presión proviene de las colegiaturas de los hijos, que ya representan una gran carga y de las crecientes necesidades médicas de sus padres. Las citas con doctores, tratamientos continuos y los seguros de gastos médicos forman su rompecabezas económico. Esos gastos inesperados (o incrementados) los obligan a ajustar sus finanzas complicando el equilibrio entre las necesidades inmediatas de su familia y la planificación a largo plazo de su seguridad financiera. Lo que menos queremos quienes somos o fuimos sándwiches es que nuestros hijos repitan esta historia.

Otro aspecto crítico es la gestión del tiempo, que se amplifica por vivir en ciudades con mucho tráfico. Una amiga, esa noche, compartió cómo sus padres decidieron mudarse cerca de su hogar para facilitar el apoyo mutuo. Aunque esto redujo sus tiempos de traslado, equilibrar el tiempo entre trabajo, hijos y el cuidado de los padres sigue siendo una tarea abrumadora.

Después, está el impacto en la salud emocional y física. Muchos de nosotros no fuimos educados sobre cómo cuidar a un adulto mayor, y la mayoría de ellos no planificaron su vejez pues no tenían las herramientas para hacerlo. Los sandwich se encuentran navegando en aguas desconocidas y aprendiendo sobre la marcha.

Les comenté a mis amigos sobre el síndrome del cuidador, donde el estrés constante y la carga emocional los lleva a enfermar y al agotamiento emocional. El apoyo emocional con un terapeuta debe ser parte de la canasta básica de esta generación.

Aunque parezca difícil, la generación sándwich debe encontrar maneras de llegar al equilibrio entre las responsabilidades con los chicos y mayores. Debe priorizar el bienestar, tanto físico como emocional. Pequeñas acciones como practicar técnicas de relajación, ejercicio regular, y buscar momentos de ocio y desconexión marcan una gran diferencia. Por ello te invito a abrir espacios para el diálogo y el apoyo mutuo, como lo hicimos mis amigos y yo. También, a que planifiques tu vejez, pues al hacerlo, no solo mejoras tu calidad de vida actual, sino que sientas las bases para que tus hijos no tengan que enfrentar estos desafíos. La planificación es clave para asegurar que la generación sándwich no sea un fenómeno que se repita. Recordemos que cuidarnos es el primer paso para poder vivir más y mejor, y así continuar cuidando de los demás de manera efectiva y amorosa.


  • Ale Ponce
  • Experta en ciencia e investigación de la nutrición con destacadas habilidades en el campo de la nutrigenómica y los alimentos funcionales. Vasta experiencia en el área de nutrición clínica y administración educativa. Publica su columna Vive más y mejor todos los lunes.
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