Hoy viernes 21 de marzo se estrena en VIX la primera temporada de la serie “Con esa misma mirada” y es mi obligación, como crítico profesional, explicarte todo lo que está pasando aquí para que, más allá de todo lo que has oído, aprecies esta producción de Argos.
Y no, antes de que te deshagas en “hate” afirmando que soy de derecha, que Televisa me paga y todo lo que normalmente pasa cuando abordo estos asuntos, te hago las siguientes aclaraciones:
Soy de izquierda. Siempre lo he sido. Y tan siempre lo he sido que, a diferencia de muchos de mis compañeros de generación que se vendieron al sistema o al lado oscuro del periodismo de espectáculos, yo no paro de pagar el precio de las cosas en las que creo.
Dejé de cobrar en Televisa en diciembre, cuando acabó mi podcast “La cueva de Álvaro” y aunque estamos en las mejores relaciones, en este espacio sigo atacando y sigo elogiando sus contenidos sin importar nada de nada. Como debe ser.
¿Qué está pasando aquí? El juego del algoritmo.
El negocio de las redes sociales es que haya movimiento. La manera más fácil de que eso se mueva es teniéndonos en el pleito.
¿Qué hace el algoritmo? Te pone puras cosas que te irriten para que reacciones, para que discutas y para que seas tú el que irrite a otros hasta que aquello se desborde en odio, en “éxito”.
Cuando hablamos de “Con esa misma mirada” es facilísimo porque tienes el sexto “refrito” de una historia colombiana que todos conocemos (“Señora Isabel”), a la casa productora enemiga número uno de Televisa trabajando ahora para Televisa y a la exprimera dama de México regresando a la actuación.
Tú sabes si caes en la trampa. Yo lo que quiero es que entiendas que no es casualidad que te lleguen tantas cosas tan provocadoras a tu TikTok, a tu X, a tu YouTube, a tu Instagram y a tu Facebook.
La idea es que revientes, que despotriques, que destruyas. La idea es que les hagas el caldo gordo, que se lo hagas gratis para que ellas se vuelvan ricas.
La regla del “refrito” es: quienes vieron la versión original jamás van a aceptar que el “remake” sea mejor.
En el México de los años 90 no vimos “Señora Isabel” del maestro Bernardo Romero, vimos su primer “refrito” que conocimos como “Mirada de mujer” con Angélica Aragón, Ari Telch y Fernando Luján.
Como estábamos en “la guerra de las televisoras”, “Mirada de mujer” fue algo así como la oposición de “La usurpadora”, que era el melodrama seriado estelar que Televisa transmitía en aquel momento.
Y aunque “La usurpadora” sigue siendo un clásico indiscutible, “Mirada de mujer” alcanzó una posición bastante especial en nuestro imaginario colectivo.
Es sagrada, tan “intocable”, como “Cuna de lobos”, como “El extraño retorno de Diana Salazar”, como “Los ricos también lloran”.
Nada ni nadie podrá ser “nunca” mejor. ¡Nada ni nadie! ¿Será?
¿Por qué te estoy contando esto? Porque, ¿me creerías si te dijera que quienes sí vieron “Señora Isabel” jamás aceptaron que “Mirada de mujer” fuera mejor?
Yo tuve severas discusiones, con la gente de aquellos tiempos, defendiendo lo que ahora el algoritmo defiende por conveniencia.
Vayamos al otro punto: ¡Argos “se vendió” a Televisa, qué “contradicción”, qué cosa tan “horrible”, todos son “iguales”, el “Apocalipsis”!
Así como Paramount+ gana cuando le vende “1883” a su “peor” competidora Netflix, que también gana porque la convierte en una de sus series más populares, Argos y Televisa ganan con esto.
En los negocios, como en la política, a veces hay que hacer alianzas para ganar y en el caso muy específico de estas dos corporaciones, qué bueno que se asociaron, que se unieron más allá de esta serie porque, no sé a ti, pero a mí sí me hubiera dolido mucho que Argos, nuestra muy amada Argos, hubiera terminado en manos extranjeras y no en mexicanas.
¿Qué pasa con Angélica Rivera? Nada que no haya pasado antes con Silvia Pinal, con Carmen Salinas, con Irma Serrano y con muchas, muchísimas otras actrices que, o fueron políticas, o fueron esposas o amantes de políticos.
¿A ti ya se te olvidó, por ejemplo, cuando vimos a Sasha Montenegro actuando después de haberse casado con José López Portillo? ¡Entonces!
Yo sé que el algoritmo quiere provocar a los chairos para que “brinquen” con esto.
Perdón pero eso es ignorancia. Angélica, antes que haber sido la esposa de un presidente, fue una reina de las telenovelas y tan lo fue que hasta el día de hoy le decimos “La Gaviota” por su personaje en “Destilando amor”.
Sí es un acontecimiento mediático que la señora Rivera regrese al mundo de los melodramas seriados como lo fue cuando regresaron otras grandes diosas como María Sorté, Lucía Méndez, Victoria Ruffo, Verónica Castro y Angélica María.
Sólo te digo una cosa: Si TelevisaUnivision decidiera programar esto hoy a las 21:30 en Las Estrellas como lo hizo con “El gallo de oro”, sólo por la participación de Angélica Rivera sus números volverían a brillar como en la época de oro. Sólo por ella. Una diosa es una diosa. En serio.
Ésta no es mi crítica a “Con esa misma mirada”. Son mis instrucciones. A pesar de que tuve el privilegio de ver completos sus primeros tres episodios, me gustaría verla toda para opinar de manera contundente.
Me queda claro que Epigmenio Ibarra y Verónica Velasco, las dos grandes cabezas detrás de este proyecto de muchos productores, saben lo que hacen.
Si la firmaron, fue por algo. Si le pusieron “Con esa misma mirada” apelando al nombre y hasta al logotipo de “Mirada de mujer”, fue por algo. Si decidieron usar hasta la misma canción, fue por algo.
¿Por qué? Porque lo que está bien, está bien. Porque hay cosas que aunque se vuelvan a hacer siguen estando vigentes, siguen siendo importantes, siguen siendo buenas.
Lucha con todas tus fuerzas por ver ya, pero ya, la primera temporada de “Con esa misma mirada” en VIX. Te va a gustar. De veras que sí. Y no, no caigas en provocaciones. ¿Para qué?