Ana María Olabuenaga
  • Maestra en Comunicación con Mención Honorífica por la Universidad Iberoamericana y cuenta con estudios en Letras e Historia Política de México por el ITAM. Autora del libro “Linchamientos Digitales”. Actualmente cursa el Doctorado en la Universidad Iberoamericana con un seguimiento a su investigación de Maestría. / Escribe todos los lunes su columna Bala de terciopelo
  • La verdad está en la prensa

    Cuando el poder decide por capricho y sin contrapesos, sólo queda la prensa para armar la verdad que Palacio quiere dictarnos.
  • Manzo está vivo

    El ciclo de vida de una noticia lo define la emoción: si no emociona, se extingue en minutos; si provoca indignación, perdura. Carlos Manzo sigue vivo, su mortaja está hecha de furia pura
  • El seguro del bienestar

    La baja en homicidios oculta una nueva realidad: el crimen cobra cuotas y deja vivos a sus clientes.
  • La maldita derecha

    Desde hoy la derecha cuestionará el Plan Michoacán que nuestra Presidenta presentó ayer. Dirán que si había tanto por ofrecer, bien pudieron darle al alcalde la mitad cuando lo pidió
  • Embarrados

    La metáfora del chocolate revela cómo el gobierno evade responsabilidades evidentes con descaro y simulación.
  • El fin de la polarización

    En México ha terminado la polarización, ahora nos vamos a agarrar a golpes. Empieza la guerra emocional y de valores. Es la guerra cultural
  • Un chingo

    Los mexicanos tenemos una medida exacta que delimita nuestro aguante. Todo lo que esté por debajo es tolerable. Sin embargo, llegado al nivel señalado, la paciencia se agota y el hartazgo se desborda.
  • Lo podrido no es la manzana, es la canasta

    La corrupción no siempre nace del individuo: el sistema político puede ser la “canasta” que pudre a las manzanas.
  • Declaración de guerra

    La guerra cultural está declarada. Y no, no es metáfora, el bando que triunfe no solo impondrá leyes, sino el marco desde el cual se interpretará la realidad. Es una batalla en donde no hay neutrales: o se gana la historia o se hereda la desgracia