El cobarde uso de un tráiler como proyectil para matar policías y guardias nacionales en la México-Acapulco es un crimen del ala extremista y delincuencial de los normalistas de Ayotzinapa.
Con obvias diferencias y guardada la proporción, el atentado remite a los terroristas del 11/S, quienes al menos tuvieron el arrojo de tripular los aviones que usaron como bombas. Sus remotos imitadores mexicanos no se atrevieron y quizá por eso nadie fue arrollado.
Lo sucedido en la caseta de cobro de Palo Alto es consecuencia de la promiscua relación que la 4T sostiene con los deudos y representantes de los jóvenes asesinados por narcotraficantes hace más de siete años y la rijosa facción del magisterio aglutinada en la vandálica, chantajista y eufemística Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
El huevo de la serpiente se incubó en dos madrigueras: 1. Una acción de alcahueteo concertada por la trinca que integran: a) la fiscalía especial del caso Ayotzinapa, b) una Subsecretaría de Gobernación y c) la degradada Comisión Nacional de Derechos Humanos, instancias encabezadas por un ex achichincle del corrosivo Grupo Interdisciplinario de dizque Expertos Independientes, Omar Gómez Trejo, Alejandro Encinas y Rosario Piedra Ibarra.
2. La entrega de la enseñanza básica a la CNTE por parte del gobierno federal y la inaudita cesión de la Secretaría de Educación a una de sus simpatizantes, Delfina Gómez, responsable del delito de haber pellizcado “para la causa” 10 por ciento de la paga de medio millar de asalariados de la alcaldía de Texcoco (el botín sumó algo más de 13.4 millones de pesos; por los 4.5 que dejaron rastro Morena fue multado con 4.5 millones y del resto nadie sabe quién se lo embolsó). La señora, pese a todo, no solo sigue impune sino se le conserva en el gabinete presidencial.
Con los deudos de Los 43 y sus representantes, el compromiso es fabricar una versión distinta de la “verdad histórica” (para nada rebatida), dándoles crédito a mentiras de los asesinos liberados y persiguiendo a los ex servidores públicos que desde 2014 aclararon el caso en sus puntos esenciales.
A la CNTE se le concedió la contrarreforma educativa, se puso fin a las evaluaciones y se regresó al regalo indiscriminado de plazas. ¿Ignoraba el gobierno que las normales rurales son el semillero de “cuadros” de esa facción magisterial?
Los devaneos del cuatroteísmo con los llamados ayotzinapos y sus tutores de la CNTE han llevado al actual estado de cosas, con el recurrente secuestro de autobuses foráneos para tomar casetas y extorsionar a los conductores para dejarlos pasar, privándolos del seguro a que tienen derecho los usuarios de caminos de paga, así como plantones en las vías férreas en Michoacán para exigir la cobertura de salarios pendientes y plazas automáticas para sus ahijados de las normales.
Selección maoísta-darwiniana de las especies: centeros normalistas y morenistas practican la movilización (le dicen “revolución”) popular prolongada.
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