Hace unos días, ante los constantes reportes de tomas de territorio y violencia en Chiapas, el Presidente, como lo viene haciendo hace un tiempo, minimizó el asunto y acusó a quienes denuncian como “conservadores”.
Esta vez le tocó al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.
Dijo el Presidente: “No estoy diciendo que no haya violencia, estoy diciendo que están magnificando las cosas, y lo digo con toda claridad, por cuestiones ideológicas, porque tenemos diferencias, porque estas organizaciones no gubernamentales no apostaron, no estuvieron a favor de la transformación por la vía electoral, llamaban a no votar. Nosotros tenemos con ellos esas diferencias. Y han llegado en los últimos tiempos, conscientes o de manera inconsciente, a hacerle el juego a los conservadores”.
Ayer, el Frayba respondió.
Van unos párrafos:
“Durante 35 años el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) ha documentado y denunciado las diferentes violaciones a derechos humanos en Chiapas, así como las responsabilidades de cada gobierno en turno, acompañando a víctimas, familiares y procesos colectivos organizados. Nuestra lucha es por el respeto de los derechos humanos y la construcción de la paz en un territorio profundamente lacerado. Somos una organización independiente y ajena a cualquier movimiento político-electoral”.
“Con preocupación, hemos constatado y visibilizado que, al menos desde junio de 2021, la situación de violencia se ha profundizado como un cáncer en nuestro estado, en el marco de la disputa criminal por el dominio del territorio. Esta situación se caracteriza no sólo por la confrontación armada entre grupos delincuenciales, sino también por el intento de controlar, en un alto grado mediante estrategias de terror, la vida social, económica y política de las comunidades”.
Y advierten de las consecuencias de seguir minimizando el asunto en Chiapas, pero se podría aplicar en buena parte del país: “Al minimizar la situación se profundizan los impactos y afectaciones, además se obstaculiza el ejercicio pleno de derechos. Invitamos al gobierno actual y el venidero a aproximarse a los pueblos que sufren esta realidad, así como a los actores de la sociedad civil que la palpamos al estar inmersos en ella, no para debatir sobre la existencia o niveles de la problemática, sino para construir rutas para una paz verdadera y sostenible”.
Bien por el Frayba, no que los vayan a escuchar en Palacio, pero bien.