Llega el final del año, y en el contexto organizacional, comenzamos a llenarnos de acciones comunes: cerramos planeación, consolidamos presupuestos, damos retroalimentación… y listo, a prepararnos para un nuevo año, con retos y oportunidades que sabremos aprovechar, si la suerte está de nuestro lado.
Pero déjame reenfocar el asunto. Este, debiera ser el momento de felicitarte por el liderazgo y la gestión que has venido ejerciendo en tu negocio o emprendimiento, porque gracias a ello, has llegado hasta aquí. Y eso no ha sido suerte.
Es consecuencia de la forma en que has mejorado tus habilidades y competencias para tomar mejores decisiones. Porque ambos (liderazgo y gestión) son los contrapesos de la incertidumbre que aparece recurrentemente, y redirigen la brújula del negocio hacia el éxito.
Has inspirado a tu equipo, y ellos han respondido. Y eso no es suerte. Es la consecuencia de la formación y la motivación constante de tu gente, que hoy, ha aprendido cómo atender y resolver los eventos que se presenten y ser capaces de obtener los resultados.
Hoy, puedes plantear una visión de lo que vendrá el año que viene, aún y cuando no tienes certeza de todo. Y eso no es suerte.
Es la confianza que has desarrollado, sabiendo que los pilares de desarrollo están bien cimentados en una cultura organizacional sólida, y eso les permitirá hacer frente a todo lo que pudiera surgir.
El futuro habrá que resolverse con valentía y resiliencia. La gestión efectiva será la bandera que permitirá a las organizaciones actuar con agilidad y salir al paso.
Fortalece ese músculo con lecturas, podcast, cursos… Porque no se trata de los recursos que tienes, sino de lo que haces con ellos.
Y eso no es cuestión de suerte, sino en ser ingenioso y creativo. Enfócate en ello. Te deseo un exitoso 2024.