“Anticiparse es el poder más importante. Los perdedores reaccionan, los líderes se anticipan” – Tony Robbins
Estoy preparando el contenido de un curso sobre liderazgo y creatividad, y siempre que abordo estos temas me enfrento al tema de las expectativas y experiencias previas de los participantes.
Y es que, dependiendo el contexto y nivel de las personas asistentes, es muy probable que ya han sido expuestos a los conceptos y referencias básicas en programas anteriores.
Por ello, el reto de cada curso o taller no está en el contenido, sino en el enfoque.
Checando fuentes actualizadas, me topé con la siguiente frase de un colega formador llamado Antonio Gutiérrez: “Para que exista liderazgo de verdad, debe haber consciencia y vivencia. Lo demás es música ambiental”.
¡Zas, la compro! Y es que, desde mi perspectiva, el liderazgo por jerarquía está tan fuera de tiempo como un teléfono Blackberry. Hoy, el liderazgo no se platica, se testimonia.
Siempre he dicho que, cuando una empresa capacita a su personal, la empresa se “resetea”. Y por ello es importante promover el flujo de talento, capacidad, dinamismo, ganas de hacer… pues esto es lo que genera vida a la organización.
Pero aquí, vamos a entrar en un conflicto del que ya te he hablado antes: el clima organizacional. Si las condiciones internas de una empresa no propician el libre desempeño, los gestores de recursos (líderes) no podrán maximizar los beneficios de estos.
Entre el querer y el poder, suelen perderse los ánimos del capital humano. Si está en tus manos, deberás preparar el campo de acción de esa gente “todo terreno” que saldrá del aula de capacitación, y propiciar la asertividad, la comunicación efectiva, la resiliencia, y sobre todo, una postura para renovar y dar vida a la organización. ¿Platicamos?