Que la presidenta Claudia Sheinbaum solicitó al Senado autorización para el ingreso a México de elementos militares del Comando de Operaciones Especiales del Ejército de EU con armamento y municiones por Campeche, pero no vaya usted a creer que con el fin de comenzar ya con la caza de narcos a partir de la clasificación de “terroristas” que les colgó desde el lunes Donald Trump, sino para actividades de capacitación y adiestramiento de personal de la Secretaría de Marina, del 17 de febrero al 28 de marzo.
Que el líder de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, asumió la interlocución con presidentes de partidos y coordinadores parlamentarios, sobre todo de la oposición, en un último intento por construir un frente común en torno a la Presidenta ante la ofensiva con al menos cinco órdenes ejecutivas de Donald Trump en su día uno de vuelta en la Casa Blanca. No obstante, para priistas y panistas, son el gobierno y las fuerzas políticas de la 4T los que sabotean la unidad nacional con ataques, descalificaciones y agravios permanentes contra sus adversarios.
Que durante el servicio religioso al que asistió acompañado por Melania y su vicepresidente, J. D. Vance, Donald Trump debió aguantar la demanda de la obispa Mariann Edgar Budde, que oficiaba sobre que tuviera piedad con los migrantes, que no separara familias, porque la mayoría no es criminal y paga impuestos, por lo que cuando se retiraba, consultado sobre su opinión de la misa, expresó con malestar evidente que “pudo haber sido mejor”. Ayer mismo, por cierto, ordenó redadas en escuelas, hospitales e iglesias.
Que Yucatán, donde el partido Morena ganó la gubernatura en las elecciones de 2024 con Joaquín Díaz Mena, se adherirá en el segundo semestre del año al esquema de IMSS-Bienestar para la cobertura de la población no derechohabiente, mientras que otras dos entidades han manifestado su disposición a incorporarse, ambas gobernadas por la oposición, la panista Aguascalientes y la priista Coahuila, pero eso aún está por verse. Bueno.