El árbol de las piñatas está en la colonia Roma. Algunos viandantes pasan y lo observan, le toman fotos, comentan entre ellos y se van.
Fue adornado por Román Greco, de origen francés, con más de 40 años de vivir en México, país al que considera suyo.
Vestir el árbol es una forma de mostrar su mexicanidad, dice, además de un símbolo para contrarrestar la invasión de productos extranjeros.
—Llegaste muy joven a México.
—Pues ni tanto; yo ya viajo gratis en el Metro —añade y suelta una carcajada— para que veas; pero como decía mi amiga Chavela Vargas: “Los mexicanos nacemos donde nos da la chingada gana”.
—Exactamente, ja,ja,já.
—Entonces, con más de 40 años en México, pues resulté ser tan mexicano, que me gusta defender la cultura de este país lo más que puedo.
Román Greco es productor cultural y el único bailarín extranjero que ha formado parte del famoso ballet de Amalia Hernández.
Y para corroborar que es más mexicano que otros nacidos en este país, Román comenta que el Día de muertos también acostumbra adornar el mismo árbol con figuras de calaveras y flores alusivas a la fecha.
—Tan mexicano que adornas de piñatas este árbol que está frente a tu casa— se le comenta frente al número 191 de la calle Mérida.
—Sí, claro; cada año voy al mercado de Jamaica y compro estas piñatas tradicionales que me parecen muy importantes.
Viandantes se detienen para admirar y fotografía el árbol, sin quizás imaginarse que quien lo adorna con piñatas es de origen francés; lo cierto es que lo hace un vecino al que han intentado felicitar, como lo ha pensado Amada Corkidi, quien cada vez que pasa por aquí siente una inmensa alegría.
Y lo mismo sucede con sus nietos.
***
Alma Corral pasa por la acera de enfrente. La acompaña otra mujer. Ambas miran la fronda con mucha curiosidad y una admiración que se refleja en sus rostros. Conversan y enfocan con las cámaras de sus celulares.
Otros peatones hacen lo mismo.
Algunos más miran hacia arriba, escudriñan, platican sorprendidos, sonríen y continúan su camino. Lo mismo hacen personas de todas las edades.
Alma viene de visitar a un familiar hospitalizado cerca de aquí.
—Qué le parece.
—Me llamó mucho la atención; es la segunda ocasión que paso; la primera vez que lo vi me impactó, me gustó mucho; yo dije: “Qué bonito se ve el árbol ahí con las piñatas”.
—Llama la atención.
—Sí, mucho, se ve muy padre, muy bonito.
Algo parecido sucede con la señora Amada Corkidi, quien se detiene y otea una y otra vez, como si se tratara de algo extraño, excepcional, que de hecho lo es, mientras en su dulce rostro se refleja una alegría singular.
Su apellido lleva a preguntarle sobre su relación con Rafael Corkidi —el ya fallecido cineasta y videasta mexicano, director de fotografía en famosas películas de Alejandro Jodorowsky—, y de inmediato Amada responde con una sonrisa: “Primos hermanos”.
“Nací en el Hospital francés, que está en Niños Héroes; me casé, me fui a vivir al Estado de México y las circunstancias me regresaron al edificio de mis padres. Un edificio familiar. En la calle de Querétaro”, comenta Amada.
—Veo que usted pasa por aquí y le da gusto ver las piñatas.
—Bueno, opino que qué entrega la de la persona que se da la molestia de comprar piñatas, de invertir y de colgarlas, de arreglar y adornar y alegrar a la colonia Roma. Yo cada que paso con mis nietos nos ponemos muy felices. Ellos me dicen: “Abuela, mira, qué bonito”.
—Es agradable a la vista.
—La verdad es que me llena de gusto; el otro día quise tocar el timbre para felicitarlo —a quien viste el árbol—y agradecerle que tenga este detalle con la gente que vivimos en la colonia, porque nos alegra la vida.
—Sí, es un colorido…
—Un colorido y una sensación de decir: “Le importamos, nos importamos unos a otros”.
***
La intención “es resaltar la cultura de la artesanía mexicana cuando hoy en día encontramos puras cosas chinas, incluso en los mercados de artesanías”, comenta Román Greco.
—Es interesante lo que haces.
—Me gusta apoyar, precisamente eso, y enseñar en esta colonia donde pasan muchos extranjeros; es la colonia Roma, muy bonita, donde vivimos, y pues aquí está este pedacito del México tradicional”.
—Eres productor…
—Trabajo en muchos eventos culturales; colaboro en festivales a nivel federal, a nivel de la ciudad; acabo de tener un evento magno que se llamó La travesía de la pequeña Amal por México; también organizo conciertos de jazz; en fin, llevo muchísimo tiempo en la cultura.
—Y qué sientes cuando pasa la gente y le da gusto ver, admirar este árbol, porque mucha gente se detiene a ver, a observar. Es admirable.
—Así es, la verdad es que me da un gusto tremendo; incluso esperan la ocasión; porque primero pongo lo del día de muertos, las calaveras y las flores; luego, el mes que sigue, las piñatas.
—Se ve el júbilo en la gente.
—Y vienen con sus niños —relata Román— y se toman fotos y a mí me enternece de alguna forma ver que se emocionan frente a cosas que tienen, que finalmente es parte de la cultura, pero verlo puesto en escena, vamos a decirlo de esta forma, en una calle, resalta, enriquece, le da color en estos días un poquito grises; es un detalle…una joyería que a mí me gusta.
Es el mismo Román Greco que un día llegó a este país y pensó en regresar a Francia, pero se quedó e hizo suya la famosa frase de Chavela Vargas: “Los mexicanos nacemos donde nos da la chingada gana”.