Ante las evidencias cualquiera, diría que no hay una derecha más primitiva, vistimista, retorcida y torpe que la mexicana; sin embargo, la ultraderecha venezolana le dice quítate que ahí te voy. Y el escandalazo de María Chanchullo Machado lo confirmó de manera salvajemente grupera, sobre todo por la manera en que la antichavista número uno, aspirante a ser la Guaidó 3, armó un numerazo tipo Kinky Téllez alegando que fue detenida por el Estado madurista sin aportar prueba alguna, para luego aparecer de manera muy extraña corre, corre por el bulevar, como si hubiera sido abducida por un alien como ella. Una versión muy cutre de Forrest Gump.
Y lo mejor es que los medios afines (CNN, El País, no se diga los mexicanos que parecían Radio Martí) la secundaron sin preguntar o investigar, casi como reportaje del New York Times sobre el fentanilo. Ni un solo cuestionamiento, ni medio gramo de sospechosismo, siempre dando por sentado que no puede haber nadie más maravillosa que María Corina Machado porque es víctima profesional, una ultraderechosa adorable y una anticomunista nice de la vieja escuela.
Si María Chanchullo hubiera dicho que fue secuestrada por el mismísimo Chávez con una pequeña ayuda de Marx, Engels y Rosa Luxemburgo, toda la onda mediática derechística, de Jorge Ramos a Loret Lord Montajes, le hubiera aplaudido y confeccionado un monumento por su heroísmo al escapar de la temible banda de la hoz y el martillo.
Y aquí es donde uno se pregunta como mi licenciado Peña: ¿y ustedes qué hubieran hecho? Pues de entrada, si vas a hacer un numerazo de esta magnitud, por lo menos hacerlo medianamente más creíble que un capítulo de Mujer, casos de la vida real. Con qué cara va a salir ahora esta gran luchadora del derechairismo en éxtasis a luchar contra Maduro, si tiene en su haber esta historia de pésimo y reguetonero gusto que parece inspirada en la vida y obra de García Luna Productions.
A ver si a la señora no le pasa como al actor James Woods que es profundamente trumpista y antipalestino, que se mofaba de manera muy ruda de quienes creían en el calentamiento global (por supuesto, le echaba la culpa a los liberales de izquierda) y cuya casa fue presa de los incendios en Los Ángeles, debido a la presencia de la policía del karma.
Además, cómo creerle a un personaje como doña Corina, si se pone peor que Ferriz y la Rabadán juntos, además de aceptar el apoyo de seres de muy baja estofa como Vicente Vox y el ex presichente Calderón.