Esto ya es insostenible. Cuando un país tan civilizado como Nueva Zelanda anuncia medidas políticas y económicas tan terribles como el aumento del salario mínimo y subirle de manera dramática los impuestos a los más ricos, es que el espectro del comunismo recorre el mundo. Hasta hace muy poco colmábamos de elogios a la primera ministra, Jacinda Ardern, por la manera tan brillante en que cerró la puerta de su isla y echó la llave al mar para enfrentar la pandemia, y ahora nos arden estas medidas que parecen una triste imitación de la máxima de la Cuarta transformeichon “Por el bien de todos, primero los pobres”, no se vale.
Seguramente le inyectaron la vacuna rusa que solo es para los rusos y ahora está totalmente sovietizada; así en cualquier momento doña Jacinda va a implantar el comunismo primitivo en La Comarca de los hobbits, entre los orcos de Sauron y hasta para los mismísimos elfos de Rivendel. Con razón ya se me hacían sospechosas las barbas de Gandalf que de seguro es un marxista de la Cuarta internacional.
No hay nada más peligroso y reaccionario que obligar a la plutocracia a pagar impuestos en vez de pagarles con dinero público solo por existir. Al rato les van a querer aplicar una reforma energética para que paguen por la luz, y que les cuestionen sus fundaciones para evadir impuestos.
Lo único que me tranquiliza es que los de la Coparmex, el TUMOR, FRENAA, Va por México y Latinus ya deben estar organizando una expedición punitiva encabezada por Brozo, Loret, Javier Lozano, Laura Zapata y Robertico Limonta Madrazo para impedir que los kiwis caigan en la tentación de abolir la explotación del hombre por el hombre. O sea, ¿de dónde habrán sacado la peregrina idea de que el mejor camino era despelucar a los Claudios X González de Nueva Zelanda, acaso de El Capital, el 18 Brumario de Luis Bonaparte o El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre?
Solo falta que quieran que los maorís tomen el poder como si no fueran de distintas sociedades. ¡Me va a dar algo! Voy a tener que hacer un tour para reanimarme, quizá ir a unos Oxxos subsidiados, pasar por una mina canadiense, leer unos capítulos del nuevo libro de Roger Bartra que se parece tanto a los de Francisco Martín Moreno que es difícil notar la diferencia y al INE que es como Mordor pero con seres menos simpáticos.
¿Qué va a decir la whitexicaniza que te tenía en tan alta estima? ¡Me dueles Nueva Zelanda! #ConLosRicosNO
Jairo Calixto Albarrán