“Running to win this thing”

  • Ekos
  • Javier García Bejos

Edomex /

Hace apenas un mes la carrera por la presidencia de Estados Unidos lucía aburrida y predecible. Casi todos daban por hecho el triunfo de Trump. Vaya sorpresa ha sido la declinación de Joe Biden en favor de Kamala Harris y más aún sorprendente el ánimo que ha generado en los votantes demócratas el ascenso de la vicepresidenta, por la que muchos, me incluyo, no apostábamos mucho, toda vez que su gestión ha sido gris y con bajos niveles de aprobación.

Sin embargo, su irrupción en la contienda ha modificado el escenario, ha puesto a tambalear al Partido Republicano y está estableciendo una auténtica competencia: algunas de las encuestas más recientes vaticinan un empate técnico entre los dos aspirantes. Si los ánimos continúan así, la carrera por la Casa Blanca será reñidísima.

En tan solo dos semanas, Harris se hizo de donantes y apoyos al interior de su partido. El entusiasmo que despertó, a tan solo 100 días de la elección, se ha traducido en réditos que quizá ni los demócratas habían imaginado. La vicepresidenta es ya oficialmente la nominada del Partido Demócrata y solo hace falta el protocolo de la convención en dos semanas, que bien podrían saltárselo.

Ya con la nominación bajo la manga, a Harris solo le hacía falta seleccionar a su compañero de fórmula. Y la noticia se dio finalmente el martes 6 de agosto. Sobra decir que la elección de la exfiscal californiana me ha parecido un tremendo error.

En el transcurso del día de la noticia, los medios liberales favorables a la causa demócrata no han escatimado espacios para contarnos quién diantres es Tim Walz, gobernador de Minnesota y ahora segundo en la carrera por la presidencia y porqué es una buena elección. Por su parte, Fox News, en línea con la estrategia ofensiva republicana lo ha tildado de socialista, izquierdoso, etcétera.

Sin embargo, otros medios menos partisanos como Vox, han señalado que la decisión de Harris ha sido desafortunada. Y coincido. Equivocadamente o no, en la mente de muchos indecisos, aquellos que no son particularmente fans de Trump, pero que tampoco comulgan con el progresismo, Kamala Harris posee características ideológicas radicales que les preocupan. Con Tim Walz como candidato a la vicepresidencia la dupla demócrata se ha complicado el camino que hasta ahora parecía conducirlos a una posible victoria.

El gobernador de Minnesota se asume como progresista y si bien ha recibido la bendición de amplios sectores demócratas, los del ala izquierda sobre todo, preocupa que los sectores moderados perciban a esta combinación como demasiado radical, pese a los intentos de Kamala por moderarse y evitar en su campaña cualquier atisbo de satanización sobre Donald Trump y los posibles peligros de su segundo mandato.

En lo personal, me hubiera gustado ver a un Josh Shapiro como compañero de fórmula de Harris. Un tipo tremendamente popular, moderado y quizá capaz de seducir a sectores que no simpatizan con la vicepresidenta. Eso habría equilibrado mejor la delicada balanza ideológica en la que se mueve el Partido Demócrata. El paso de los días nos dirá si la decisión de Harris, al optar por un gobernador que se volvió popular en redes sociales en las últimas semanas, gracias a una atípica descripción de sus oponentes republicanos y a un estilo peculiar de comunicar, cercano a la gente, dicen sus allegados, será suficiente para ganar “esa cosa”, como el mismo Walz define en X a la presidencia de su país.


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