Las campañas seguirán cuando usted regrese, el escándalo del día será otro igualmente efímero, los actores políticos guardarán sus bombas mediáticas para mejor ocasión; es decir, el mundo seguirá tal como lo dejó antes de salir de vacaciones. Así que dele un descanso a la política, al inventario de notas policiacas y permítase un respiro. Y si le es posible hacerlo acompañado con un libro, le tengo algunas sugerencias.
Acaba de publicarse en español el último libro de Pierre Lemaitre, El silencio y la cólera (Salamandra), continuación de la zaga de la familia Pelletier, iniciada en su obra anterior El ancho mundo. Aunque cada una de estas novelas puede leerse en sí misma, ambas forman parte de la serie Los años gloriosos. La historia de los Pelletier, una familia francesa afincada en Beirut en la posguerra con cuatro hijos trotamundos que serán pretexto para un drama detectivesco, una radiografía de la Francia de la reconstrucción y una perspectiva de Indochina que ofrece claves para el fracaso de Estados Unidos en Vietnam. Pero el atractivo de las novelas de Lemaitre no reside en el contexto, aunque estos no tengan desperdicio, sino en su extraordinaria capacidad para mantenernos atrapados en la vida de personajes entrañables, complejos e imposibles de ser dejados a un lado una vez que comenzamos a leer. Si usted no se ha topado con alguna de sus novelas, es un afortunado porque tiene por delante una deliciosa tarea. Y puede empezar por cualquiera de la docena de títulos disponibles en español, no lo defraudarán. Y si ya lo hizo, me permito informarle que acaba de salir la última.
Lea Ypi, en cambio, es una albanesa con poca obra literaria y apenas una novela titulada Libre. El desafío de crecer en el fin de la historia (Anagrama). Se trata en realidad de una mujer cargada de doctorados y dedicada a la filosofía, especializada en Kant, que ha sido investigadora en Oxford y la London School of Economics. A los 42 años, hace dos, decidió escribir sobre su vida en la Albania comunista, donde nació y habitó las primeras dos décadas de su vida. La descripción de su infancia en Tirana, la capital, es extraordinaria; se trata del país de mayor ortodoxia marxista, al grado de que sus autoridades consideraban a la Unión Soviética como un sistema revisionista, o demasiado fresa para decirlo en otros términos. Por sombrío que parezca, en realidad se trata de un relato más que entretenido, de una comicidad involuntaria y cargado de profundas, aunque muy originales reflexiones. El mundo de una niña nerd, que cree en el comunismo porque así se lo han enseñado sus maestras, venera a los héroes de los libros de texto y exige que sus padres se comporten como verdaderos patriotas. Ellos, profundamente críticos del régimen, no pueden contradecirla pues el candor de la hija los pondría en riesgo a todos. Cuando cae el muro de Berlín y el régimen comienza a desmoronarse la, para entonces, adolescente pasará por una conversión radical, no necesariamente como uno habría esperado. Novela de autoficción de una mujer profundamente perspicaz.
Y apenas llegando a librerías la última novela de Paul Auster: Baumgartner (Seix Barral). Se trata del apellido del personaje que relata en primera persona el ocaso de la vida de un escritor y profesor universitario. A punto de cumplir 72 años, intenta descifrar si su ingreso a la tercera edad constituye el inicio de una nueva etapa de la vida a la que hay que adaptarse o, de plano, el declive final al que simplemente debe resignarse. Aunque no es estrictamente autobiográfica, resulta inevitable leerla como el producto del estado de ánimo y de las reflexiones de Auster, para muchos el mejor escritor estadounidense vivo. Diagnosticado de un agresivo cáncer, el texto se lee inevitablemente en clave póstuma. Ojalá no sea así. El poeta del azar, autor de tantas novelas imprescindibles, bien podría engañar a la parca con uno de los inesperados giros a los que sus tramas nos han acostumbrado. Por lo pronto, Baumgartner, el personaje de su última obra, construye una buena coartada para hacernos pensar que el asunto de vivir apenas comienza.