José Luis Martínez S.
  • Periodista y editor. Su libro más reciente es Herejías. Lecturas para tiempos difíciles (Madre Editorial, 2022). Publica su columna “El Santo Oficio” en Milenio todos los sábados.
  • El perdón engrandece

    En su primer discurso en un espacio público, colmado de uruapenses, Grecia Quiroz, al referirse a su encuentro del pasado martes con Sheinbaum en Palacio Nacional, expresó: “No fue para ir a doblar las manos, fue para ir a exigir justicia”
  • Entre Palacio y Mictlán

    En el país más democrático del mundo, este 2 de noviembre, ojalá se recuerde la conmemoración del Día Internacional para poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas.
  • Quería ser como Juárez

    El cartujo observa el espectáculo de los políticos mexicanos en el poder, la mayoría —como Cuauhtémoc, Gutiérrez Luna, Noroña o su “hermanito” Adán— soberbios, frívolos, envueltos en el espeso velo de la sospecha, y siente “la emoción de lo grotesco”
  • El archivo de Elena

    La oferta de la funcionaria capitalina, además de insensibilidad e ignorancia, muestra ingratitud hacia una escritora, reconocida internacionalmente
  • Elogio de “La mañanera”

    El cartujo recuerda su infancia en una tierra de comanches, en un barrio donde ser chillón era pecado mortal, no solo en la calle sino también en la casa.
  • La cruzada genocida de Israel en Palestina

    En su libro ‘Palestina/Israel. Una mirada a la historia’, la escritora y académica mexicana Laila Porras describe y analiza el devenir de un pueblo que desde principios del siglo XX ha sido sometido a un implacable proceso de aniquilación.
  • El paraíso de la impunidad

    Los gobiernos de Morena dicen no ser represores, más bien son habladores e inútiles.
  • Nunca lo podrán calumniar

    El cartujo escucha atento las fervorosas palabras de Claudia Sheinbaum; unos cuantos, dice, le tienen tanto coraje a López Obrador, a quien ella llama —quizá con razón— presidente, como para seguirlo calumniando
  • El espectáculo de las ruinas

    En ese momento la ortiga del populismo echeverrista prosperaba en el país y el monje, insaciable, pasaba tardes enteras en esos cines enormes