Aun con puntos de vista distintos en lo ideológico o en lo político, la conversación y la amistad son posibles, piensa el cartujo al leer a Irene Vallejo este sábado en Laberinto: “Cicerón, gran conocedor de los entresijos del poder y a la vez enamorado de la filosofía, se adiestraba en el debate de ideas, que nos ayuda a encontrar archipiélagos de concordancia entre los océanos del desacuerdo”, escribe la autora de El infinito en un junco. Ahí está el detalle, como diría Cantinflas, en la exposición de ideas —con elegancia, mesura, ironía o aspereza— y no solo en la descalificación irreflexiva, los insultos y los infundios podrán buscarse acuerdos para salir de las tinieblas de la intolerancia.
En una reciente reunión, el cartujo le preguntó a Elena Poniatowska su opinión sobre Claudia Sheinbaum. Consciente de estar con un descreído de la 4T, le dijo: “Que ella encabece el gobierno es una enorme alegría. Me hace mucha ilusión que Claudia haya llegado al poder, es científica y todo lo que hace lo toma con mucha responsabilidad; durante el sexenio de López Obrador —y por supuesto desde antes— fue un gran apoyo para él. Es una mujer muy estable, sabe lo que hace y lo que dice lo cumple”.
El escritor Fernando Solana Olivares, con quien las discordancias políticas nunca han enturbiado la amistad y la admiración del monje, responde lo siguiente al pedirle en un mensaje por WhatsApp sus expectativas sobre el gobierno de Sheinbaum: “1. Que gobierne con visión de Estado, dejando de lado anecdotarios, trivialidades y personalizaciones. 2. Que atienda los asuntos esenciales para el país y delegue en sus colaboradores las responsabilidades respectivas. 3. Que escuche todas las perspectivas y tome en cuenta las críticas fundadas. 4. Que no pierda el tiempo en litigar contra las opiniones contrarias. 5. Que busque consensos alrededor de temas cruciales como el de la seguridad pública. 6. Que mantenga siempre capacidad analítica y reflexión desapasionada. 7. Que no olvide que gobernar es servir”.
Desde la hondonada del recelo, el cofrade escucha a Elena y Fernando y piensa: ojalá.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.