El cartujo recuerda El infierno de todos tan temido (FCE, 1975), la novela de Luis Carrión, cuando mira por la televisión y las redes sociales las protestas por el fraude electoral en Venezuela y escucha a Nicolás Maduro amenazar a los opositores —a quienes llama guarimberos— con meterlos a cárceles de máxima seguridad para “reeducarlos”.
En medio de la salvaje represión, con muertos, heridos y más del mil detenidos, ante la condena de gran parte de la comunidad internacional, Maduro exige respetar la Constitución, modificada a su conveniencia por un congreso y un poder judicial sometidos a sus caprichos, y al árbitro electoral, controlado por el oficialismo. (Es imposible pensar en Venezuela y no imaginar el futuro de México con las inminentes reformas constitucionales impulsadas por AMLO, para quien la democracia es hacer hasta el final de su mandato su santísima voluntad.)
Rafael Cadenas, con 94 años, es el poeta más importante de Venezuela y uno de los más destacados de la lengua española. Premio Cervantes 2022, desde joven ha sido defensor de la democracia. Por eso estuvo preso y fue exiliado durante las dictaduras de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez. Por eso no calla sus críticas al régimen impuesto por Hugo Chávez desde 1999. En una entrevista con José Ángel Leyva, Cadenas dijo: “La sedicente revolución bolivariana ha sido un retroceso en todo”, ocasionando pobreza y un enorme sufrimiento —aunque en México los pregoneros de la 4T en los medios lo nieguen.
El venezolano es un régimen represivo, tiránico, dice el poeta: “Por eso les digo a los latinoamericanos, cuando puedo, que cuiden su democracia, la cual aun si no les gusta por sus defectos, una dictadura les va a gustar menos. En aquella el individuo puede desarrollarse y defenderse mejor, en ésta casi no existe”.
En otras entrevistas, Cadenas habla de los millones de venezolanos en el exilio, “por lo que se puede afirmar que este es un país incompleto”. Tan incompleto como el nuestro, en el cual tantos huyen de la miseria, la violencia y la muerte.
Queridos cinco lectores, esperando encontrarlos aquí el próximo 17 de agosto, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.