El miércoles 10 de diciembre, la Reserva Federal decidió reducir la tasa de interés de referencia 25 puntos base; esta es la tercera ocasión en que la Fed disminuye la tasa este 2025. La expectativa para el año entrante es bastante incierta, los mercados están apostando por dos recortes durante el próximo año, pero los funcionarios del banco central de Estados Unidos piensan que para 2026 solo se va a reducir una vez.
Ponerse a discutir dicho tema en estas fechas es prematuro, pues no hay suficiente información económica para empezar a hacer predicciones. Lo que se ve claro es que la intención de la Fed sí será de disminuirla nuevamente para ayudar al empleo, cuya fortaleza no es tan fuerte como se pensaba hace algunos meses.
Quizás de las cosas más importantes que se dijeron el miércoles fue que la impresión de Jerome Powell es que la economía está creciendo un poco menos pero sin grandes problemas; este año podrá crecer a 1.7 por ciento, que no es un mal número para una economía de gran tamaño, y lo mejor es que espera que en 2026 el crecimiento pueda superar 2.3 por ciento.
Además de lo anterior, el presidente de la Fed no mostró mayor preocupación por la inflación y comentó que la diferencia de la meta, que es 2 por ciento, contra la real, de 2.8 por ciento, es por el impacto de los aranceles del presidente Donald Trump a las importaciones.
Así las cosas, podemos decir que Powell fue bastante optimista, a pesar de enfrentar, junto con sus colegas, una división importante de opiniones entre los funcionarios de la institución, la cual se notó a la hora de la votación entre quienes querían que la tasa bajara y los que preferían que se mantuviera sin cambio.
La Reserva Federal de Estados Unidos tiene ante sí una decisión muy difícil de implementar sobre la tasa de intereses en los próximos meses. Si las tasas de interés siguen bajando se puede destapar de nuevo la inflación a niveles que nadie desea ver, y si no se hace lo anterior, el riesgo es que la economía disminuya su ritmo de crecimiento con los peligros que esto implica, donde lo peor sería enfrentar una recesión. Los próximos datos económicos serán fundamentales para hacer juicios más atinados sobre el futuro del crecimiento económico, la inflación y el nivel de las tasas de interés.
No cabe duda de que 2026 será un año complejo en lo económico y también en lo político debido a que hay muchas cosas en juego en todo el mundo, movimientos bruscos hacia la derecha y una izquierda cada vez más radical; además, de la misma manera, la geopolítica se ve muy complicada.
El presidente Trump jugará un papel muy importante en el futuro del mundo y a mucha gente no le gusta lo que este personaje puede influir, ya sea para bien o para mal. La división entre Europa y Estados Unidos es preocupante, pues puede romper una alianza que ha resultado favorable a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial.