Ninguna acción emprendida por los gobiernos tiene fuerza si no es arropada por los ciudadanos, porque a la hora de aplicar políticas públicas encaminadas a mejorar la calidad de vida de los gobernados, simple y sencillamente no funciona si no hay una sinergia que no solo impulse los programas de gobierno sino que estos se vuelvan además una práctica cotidiana.
Hay ejemplos claros de que cuando se socializan las acciones de gobierno, al final terminan siendo parte de la vida diaria de los ciudadanos y un claro ejemplo fue cuando se emprendió una campaña fuerte con acciones contundentes para el uso del cinturón de seguridad, ejemplo de que cuando una política pública es arropada por una buena socialización termina siendo práctica común, pues pasamos de no usar este dispositivo en los vehículos a tener conciencia de la importancia de hacerlo y lo convertimos en un hábito cotidiano.
Expongo esta situación porque hoy será presentado el programa de acciones que considero más importante para la administración de la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo, la estrategia de seguridad que se ha denominado “Confia” (Coordinación operativa de la nueva fuerza de inteligencia anticrimen), una palabra que engloba significados muy altos y muy fuertes, pues confiar para nadie es fácil y menos cuando se está en un entorno de violencia generalizada y naturalizada que vive nuestro país.
Más allá que lo que signifique desde las acciones que emprendan las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno es importante involucrar a los ciudadanos y hacernos conscientes de las acciones que tenemos que emprender para que la violencia que hoy vivimos poco a poco ceda, siempre en el entendido que toda acción que se emprenda para remediar la triste situación que vivimos en materia de inseguridad no verá resultados realmente plausibles en muchos años.
Nada hay que entenderlo, nada que hoy se haga será una varita mágica, el avance en el combate a la violencia será un trabajo en el que en efecto el Estado debe ser rector pero debe de contar con la participación ciudadana, no solo para adoptar los programas y acciones en materia de seguridad, sino también para señalar lo que no funcione y ser atendidos por los gobiernos en turno. Confiar no es fácil, pero si no trabajamos en conjunto el país se nos seguirá yendo entre las manos.