No se puede entender el poder que han alcanzado los grupos delincuenciales sin tomar en cuenta la complicidad de autoridades, la violencia en México tiene un origen y se llama corrupción. Si las leyes y reglamentos se aplicaran como debiera ser no tendríamos necesidad de estar inventando el hilo negro para legislar la sanción a conductas criminales, las leyes que existen funcionan, pero si no se aplican al pie de la letra de nada sirve.
Nuestras aduanas son una evidente coladera, sin eximir a los fabricantes de armas norteamericanos que sin escrúpulos venden armas a cualquiera sin importar el destino de éstas, si en México nuestras autoridades fueran ajenas a la corrupción esas armas no entrarían a nuestro país y por ende no harían más poderosos a los delincuentes con una mayor capacidad de fuego.
Bien por la demanda del gobierno de México, pero hasta hoy no tenemos noticia de una autoridad responsable de haber permitido el ingreso de estas armas. La corrupción tiene hoy bajo investigación a jueces que simplemente se les hizo fácil entorpecer detenciones o acciones en contra de criminales, a los que aseguran que les asustaron las amenazas simplemente debieron dejar el lugar que ocupaban para cederlo a quien estuviera convencido de que aplicar la ley es un asunto sin discusión.
No nos vayamos tan lejos, hoy en nuestro diario MILENIO le damos a conocer esta cloaca que se destapó, una red de protección a delincuentes organizada por un ex policía municipal en la que participaron según se dicen policías de diversas corporaciones brindando todas las facilidades para que se operara con toda tranquilidad el robo al autotransporte de carga que tenía a Guanajuato en los primeros lugares de este delito a nivel nacional.
Es irritante pensar que en medio de la violencia que vive nuestro país la poca ética que tienen funcionarios públicos encargados directa o indirectamente de nuestra seguridad, los tenga relacionados y lo peor trabajando para los delincuentes.
Lo menos que se espera en estos casos es todo el rigor de la ley pues desafortunadamente la percepción en nuestro país de que la corrupción no se castiga es muy alta, los casos sobran y aquí se lo hemos documentado.
La corrupción mata.