La semana pasada se inauguró una sucursal del Palacio de Hierro en León. Hoy tuve oportunidad de ir y me dio mucha emoción pensar en que 600 leoneses están estrenando trabajo, sin contar los empleos indirectos que esta tienda va a generar.
Por supuesto, aún hay áreas de oportunidad para mejorar, pero la misma dinámica y la empresa los irá capacitando para que sean competitivos comparados con las otras tiendas Palacio en el país.
El desarrollo en la región es necesario e indispensable para lograr competitividad y productividad. Necesitamos ese reto de recibir franquicias de primer nivel y empresas, ya sea nacionales o extranjeras, que además de generar fuentes de empleo traen consigo sus mejores prácticas, certificaciones y estándares que los leoneses vamos a adquirir y después replicar en la cadena de valor.
Estar en contra de esto me parece muy extremo, es verdad que debemos exigir que se respeten los reglamentos, sobre todo los medioambientales; pero no nos podemos cerrar a creer que detener el desarrollo económico es la solución a los problemas ecológicos en la región.
Muy por el contrario, como ciudad, debemos aprovechar, aprender y entender que los proyectos que se llevan a cabo en la ciudad, a la par de los contras, traen muchos beneficios para muchas personas y que debemos buscar un equilibrio y no sesgarnos en los extremos.
En el libro Homo Deus, el autor menciona que, si los seres humanos no tuviéramos la necesidad de evolucionar y luchar por tener bienestar, entonces todavía seguiríamos viviendo en cavernas y cazando bisontes para comer, es parte de la naturaleza humana seguir avanzando.
Por supuesto, entran los dilemas éticos, sociales, económicos y medioambientales y es nuestra tarea ir buscando tomar decisiones equilibradas; pero no caigamos en satanizar personas ni proyectos cuyo trasfondo es seguir generando beneficio para muchas familias. Quizás en distinto nivel, pero para algunos, ese es el comienzo y hay que apoyar y darles esa oportunidad. Se las debemos.