No exagero si digo que Nacho López, el gran fotógrafo mexicano, descubrió la vida cotidiana de la Ciudad de México de los años cincuenta. Fotografió a la gente de la calle e inventó los “fotoensayos”, series en las cuales ponía y disponía a sus personajes. Así mostró la vida diaria, las costumbres de una ciudad que emprendía su camino hacia la locura de nuestros días. López dejó más de 30 mil imágenes resguardadas hoy en un fondo reservado.
Mis amigos y editores de Planeta eligieron una fotografía de Nacho López para la portada de mi libro Todo lo de cristal. Se trata de un hombre de la calle que sostiene una enorme burbuja, como si fuera efectivamente de cristal.
Pero no es vidrio lo que sostiene ese hombre herido y perdido en una calle del Centro, sino una gran burbuja. Esto lo sé porque mi amiga, editora y cantante, Laura Koestinger, me lo contó: su padre puso una fábrica para su invento, el Globalón, una pasta en un tubo digamos dentífrico con un popote. Si usted ponía una cantidad del pegamento en la punta del popote y soplaba, se inflaba una gran burbuja. Me dijo Laura: mi papá le llamaba a una de ellas “de cristal”.
De inmediato un fogonazo de la memoria me llevó a los tempranos años sesenta, el Globalón era una pasta que enloquecía a los niños. A mí me gustaba tanto que me la quería comer. De hecho hoy todavía quiero comerme el Globalón.
La primera pasta extensible que conocí fue en la avenida San Juán de Letrán. Mi padre compró dos tubos. Siempre tuve la impresión de que a él le gustaba mucho más que a mí el Globalón, yo lo que quería era comérmelo. Mi madre conocía a sus hijos, a mí me persuadió: si te lo comes, mueres. O sea que yo tenía en las manos un arma mortal de diversión. Siempre es así la diversión, la verdad.
Mi padre logró hacer burbujas grandes. Entre más grandes, mi papá se ponía más feliz. Una mañana de domingo hizo una burbuja como un balón de futbol. Lo admiré, aún admiró ese gran logro.
Todavía hoy el Globalón del padre de Laura Koestinger me causa una rara atracción, la misma que me provoca la memoria con la cual escribí ese informe de invierno. Tengo varios Globalones, ¿alguien quiere?