‘Las tres muertes de Marisela Escobedo’

Ciudad de México /

Tenía miedo de ver este documental, pero me armé de valor. Tuve razón, se trata de una historia estrujante, desoladora, indignante, un retrato del terrible México de nuestros días. Carlos Pérez Osorio y su equipo han armado con la mano fina de un editor de la memoria el asesinato de la joven Rubí a manos de un feminicida impune, la fuerza enloquecida y ejemplar de una madre en busca del criminal de su hija, el sistema de justicia cómplice, el crimen organizado triunfante. Pero más todavía: una familia destruida, un amor de madre despedazado, una derrota de la ética y la política.

Terminé de ver esta trama del dolor con el alma en los pies. Como todos, supe del caso en su momento, pero la eficacia de la creación es capaz de conservar un hecho que se repite cada vez que alguien vuelve a ver la película. La calidad del documental de Las tres muertes de Marisela Escobedo es sencillamente extraordinaria en sus poderes narrativos.

Los actores criminales de la impunidad se han dado cita a la misma hora en la trama de la vida: un gobernador priista miserable y corrupto (César Duarte); tres jueces capaces de absolver a un asesino que se declara culpable de feminicidio y le pide perdón público a la madre de la joven a la cual asesinó, quemó y desapareció; un grupo de sicarios sin límites que cumple sus amenazas. Del otro lado, la obsesión de la madre y los hermanos de la joven sacrificada, su combate, ellos mismos investigadores, fiscales, policías eficaces.

Al final, un grupo de zetas quema la maderería de la familia; la madre combativa muere a manos de un sicario que le pega un tiro en la cabeza frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua donde realizaba un plantón; uno de los hermanos de Rubí, amenazado, huye con su familia a El Paso, Texas.

Esta tragedia contiene a todo el México en llamas que vemos arder cada día ante nuestros ojos. Llamaradas incontenibles. Y no exagero si digo que es una de las películas más tristes que he visto en los últimos años. Una historia oscura como el porvenir mexicano.

rafael.perezgay@milenio.com
@RPerezGay

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