Tiempo de elevar la mirada

Jalisco /

A mis alumnos

En 1991 el entonces Jefe de del Departamento del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís, escribió en la revista Nexos que “ya aprendimos qué es lo que no funciona, pero no acabamos de poner a prueba lo que verdaderamente va a funcionar (…) están a la vista los excesos y el fracaso de las formas autoritarias de gobierno, si, pero ¿cómo construir las nuevas instituciones que aseguren las libertades y protejan los derechos humanos, ordenen y garanticen el crecimiento de las economías y creen las nuevas formas de civilidad? Años más tarde, el propio Camacho Solís buscó contribuir a la construcción de esa nueva institucionalidad por la vía de la competencia electoral, fundando el Partido del Centro Democrático de efímera vida electoral.

La experiencia democrática de nuestro país volvió poco atractiva para los electores las opciones políticas de centro, en buena medida por el oportunismo político de una clase política miope, guiada casi exclusivamente, por su interés en la rentabilidad electoral cortoplacista que siempre han brindado las posiciones políticas a ambos extremos del espectro ideológico mexicano. Eso explica la polarización en la que hoy está instalado el debate público.

Una nueva publicación apareció ayer en la revista Nexos que bien vale la pena leer. Se trata de la opinión del expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León en torno a sus convicciones que lo llevaron a impulsar, durante su mandato, las reformas tanto al poder judicial como en materia electoral. Ciertamente los objetivos que alentaron aquellas reformas no se lograron materializar en la experiencia cotidiana de millones de mexicanos; sin embargo, no por esa habrá que descartarlos. Traerlos hoy a la memoria de las jóvenes generaciones de mexicanos constituye un invaluable acicate para la reflexión colectiva que nos permita justipreciar los yerros posteriores que terminaron tergiversándolos. Su decisión de romper el silencio obedece a su legítima preocupación -que compartimos muchos- ante aquellas formas de gobierno autoritarias que no funcionaron, pero ciertamente se asoman hoy en el horizonte de nuestra vida asociada por la incapacidad de elevar las miras.


  • Roberto Arias
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