¿Mala apuesta de Red Bull?

Ciudad de México /

Vuelve el Gran Circo. Este fin de semana, el Gran Premio de F1 de Australia. Una carrera, por cierto, que nunca ha sido ganada por un australiano pero, miren, tampoco sobran los pilotos de Down Under en la suprema competición automovilística.

Los mexicanos nos familiarizamos bastante con el mundo de la F1 porque Checo Pérez era uno de los protagonistas y, digan lo que digan, un competidor de primera línea.

Ahora que lo defenestraron los responsables de la escudería Red Bull seguimos enganchados, así sea para ver qué tamaños tiene el neozelandés que reemplazó al tapatío de origen.

Y, qué caray, el debut de Liam Lawson no ha sido nada glorioso, hasta el momento de las clasificaciones. Arranca en el lugar 18 de la parrilla.

Pues, como el escribidor de estas líneas tan trabajosamente garrapateadas es un sujeto mezquino, entonces se alegra y se complace de que el muchacho no marque ni lejanamente su territorio. Es más, que con su pan se lo coman Helmut Marko y el otro, Christian Horner, los que tanto llegaron a cuestionar los desempeños de Pérez.

Ah, y el mocoso, según parece, en algún momento le preguntó a Verstappen sobre su peinado –se había ya mirado en el espejo pero no estaba tan seguro de qué tanta coquetería irradiaba— y el neerlandés, que no es el tipo más simpático del planeta, le soltó el descontón de rigor: yo no soy quién para opinar, o algo así, gruño desinteresado.

Yuki Tsunoda, mientras tanto, sale en la quinta posición. Al japonés no le dieron entrada en el primer equipo del grupo austriaco sino que lo mantuvieron en la escudería satélite –Racing Bulls, Alpha Tauri hasta 2023 y, anteriormente, Toro Rosso— por razones de imagen o comerciales o vayan ustedes a saber cuáles— y el piloto oriental no tuvo más remedio que apechugar.

Son dos, entonces, los damnificados de la estrategia decidida por Horner, el supremo director de Red Bull. Y, por lo pronto, ahí lo tenemos, a Tsunoda, en un quinto lugar que le hubiera venido de perlas a la escudería de Verstappen si es que sus mandamases pretenden conquistar el título de constructores en 2025. En lo que toca a Checo, la duda de si hubiera quedado también en el puesto 18 sobrevolará el viento para siempre.

Justamente, no es nada convincente la especie de que a Sergio Pérez lo ningunearon deliberadamente para que no le hiciera sombra al prodigioso piloto neerlandés. Los intereses de una escudería están por encima de tales cuestiones – se trata, lo repetimos, de alzarse con un título y de cosechar unas muy suculentas recompensas monetarias— y lo que pudo haber fallado, en todo caso, es la puesta a punto del RB20, un auto que inclusive le costaba trabajo dominar al propio Verstappen.

Y, pues no, tampoco es nada creíble que en Red Bull les preocupara el presunto desafío que hubiera podido lanzar el piloto mexicano: Verstappen está en otra galaxia, de todas maneras.

Esto apenas comienza, desde luego. Vamos a ver, entonces, si seguimos con nuestros bajos deleites o si Liam Lawson nos tapa luego la boca.


  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
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