La pregunta común es si mejorarán las condiciones de paz y seguridad en el país en el sexenio que ya inició.
¿Cuál sería mi respuesta? Hay un mejor panorama, lo peor ya pasó y está de vuelta la inteligencia e investigación.
No hubo sorpresa en la estrategia presentada por la Presidenta Claudia Sheinbaum y el Secretario Omar García Harfuch. Pero sí hay esperanza.
Lo que ya sabíamos: atención a las causas de la violencia y la consolidación de la Guardia Nacional desde la Secretaría de la Defensa Nacional.
¿Lo “novedoso”? Retomar las labores de investigación e inteligencia, así como poner el ojo en la neutralización de generadores de violencia. Aunque se habla de un acompañamiento en los despliegues, hoy queda de manifiesto que número no hace resultado, pero que la inteligencia si tiene impacto.
Establece fortalecer (¿reconstruir?) el Sistema Nacional de Inteligencia, potencializar al Centro Nacional de Información y algo que por poco se le olvida al país que existía y daba resultados: productos de inteligencia que se integren a carpetas de investigación y deriven en vinculaciones a proceso y sentencias, donde el Estado sea la instancia ganadora.
También establece un modelo de atención del “deber ser” para la atención integral a los delitos de alto impacto; de nuevo la investigación e inteligencia son protagonistas, con un efecto también preventivo.
Otro aspecto relevante: fortalecer al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, mediante una Academia Nacional de Seguridad que homologue capacidades y capacitaciones, así como un sistema de evaluación del desarrollo de las 32 policías, 32 fiscalías y 32 sistemas penitenciarios.
Sobre este último punto, contar con una evaluación estándar permitirá dejar fuera la contratación de consultorías u organizaciones que permitían a cada institución contar una historia de éxito que a veces resultó falsa: “la más eficiente”, “la más confiable”, por citar algunas expresiones.
Incluir al Secretariado como parte activa de la Estrategia de Seguridad habla de un principio de orden. Los nombramientos en esta figura, tanto en lo nacional como en los estados han sido en muchas ocasiones de tipo político y en las menos, de carácter técnico. Hoy su titular, Marcela Figueroa, tiene una amplia trayectoria en materia de seguridad.
Así, independientemente del color del voto, después de casi seis años, hay razones para estar optimistas.