A la velocidad que va esto, es posible que para el 15 de marzo de 2026, día en que se llevará a cabo la ceremonia 98 del Oscar, las nuevas reglas ya parezcan caducas, pero la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas ya dijo que va a cambiar sus lineamientos con respecto a la Inteligencia Artificial. Más o menos.
¿Confundidos? No están solos. Esto es lo que publicaron después de consultar con sus representantes de ciencia y tecnología: “Las herramientas ni ayudan ni dañan las oportunidades de lograr una nominación. La Academia y cada rama de la misma determinarán hasta qué grado hay un humano en el corazón de la autoría creativa al elegir cuál cinta premiar”.
¿Se quedaron igual que yo? Obviamente esto no son matemáticas y no hay forma de detener el uso de las nuevas tecnologías. Y si esto no afectó a El brutalista ni a Adrien Brody, quienes sí usaron IA para perfeccionar el húngaro, entonces es más o menos como decidir si darle o no un premio Grammy a un cantante que hace un mínimo uso del AutoTune.
La cosa es que tenemos demasiadas cosas que averiguar y aún no sabemos cómo ni por dónde la IA cambiará la industria; lo que sí es cierto es que llegó para quedarse y estamos ante la complicada tarea de crear reglas para no perder nuestra humanidad en el arte. No está claro ni sencillo, pero no nos queda de otra.