Paren las prensas. Tom Cruise regresó sus tres Globos de Oro para formar parte de la protesta. Y esta historia va cambiando cada minuto, llevamos varios días viendo con asombro cómo los jugadores más poderosos del mundo del cine y la televisión cumplen su promesa de que no seguirán trabajando con el sindicato de periodistas extranjeros de Hollywood, a menos que haya un cambio radical en temas de representación y también en la materia en la que estos reporteros se conducen respecto a los grandes regalos y exigencias para valorar las producciones.
No son solo Netflix, Amazon, Warner Media (con HBO), y ahora Cruise y antes Scarlett Johansson, quienes han dicho que no les parece la forma de proceder de este muy pequeño grupo de personas que escriben para medios del mundo entero, y radican en EU, sino que ahora la NBC (Universal) ha anunciado que a menos de que le pongan fecha a sus promesas de inclusión en la membresía del sindicato y que además acaten los temas levantados por el movimiento #MeToo, no transmitirá los Globos de Oro en 2022.
En otras palabras, para tener poder hay que tener quién te empodere. El Sindicato ya dijo que se pondrá las pilas. Está ardiendo Roma para ellos, no me cabe la menor duda.
Lo que estamos viendo es la manera en la que la industria está terminando con una era de privilegios, juegos dudosos y periodistas en ocasiones agresivos y, según muchas actrices, sexistas, que se respaldaban en el poder de ser uno de los 90 que entregan la mal llamada “antesala del Oscar”. Alcanzar a 250 millones de personas para que sepan de tu cinta o serie se puede hacer de otra forma; Hollywood lo sabe.
Susana Moscatel