De acuerdo a las últimas cifras reportadas por INEGI a través de la Encuesta nacional de calidad e impacto gubernamental, 8 de cada 10 mexicanos no confía en los partidos políticos y un claro indicador que refleja el hartazgo generalizado hacía el actual sistema de partidos es la participación ciudadana en las últimas elecciones ya que, en las pasadas elecciones presidenciales de 2012, el 63% de la población acudió a votar y en 2015 cuando se renovó la cámara de diputados, solamente el 47% de las personas acudió a las urnas de acuerdo a cifras del INE. Con una población visiblemente apática al actual sistema democrático y una participación electoral en evidente crisis, resulta importante reflexionar ¿Porqué ya no se cree en los partidos políticos?, y para ello es importante analizar cuáles son los problemas que más nos preocupan a los mexicanos, problemas que campaña tras campaña, todos los candidatos sin importar el color, se comprometen a resolver durante su gestión.
Según datos de la misma encuesta, un 74% de la población considera que el principal problema es la inseguridad y la delincuencia, siendo 2017 el año más violento en los últimos 20 años con más de 26 mil asesinatos, el 57% cree que la corrupción es el problema más importante a resolver, esto cuando México ocupó el lugar 135 de 180 países en el último ranking de transparencia internacional, el 40% considera que el mal desempeño del gobierno es la piedra angular de todos los problemas que existen en el país, esto sucede mientras el actual presidente de la república mantiene el nivel de aprobación más bajo en la historia con solo 20%.
De cara al 1º de julio, los mexicanos ya no creemos en las propuestas de siempre que paradójicamente han empeorado los problemas de siempre, a la ciudadanía le indigna que, para estas elecciones, se les destinen casi 7 mil millones de pesos a los partidos políticos para sus actividades, mientras el 44% de la población sobrevive en condiciones de pobreza, mientras la sociedad exige un férreo combate a la corrupción, los partidos acogen entre sus filas a figuras corruptas y carentes de solvencia moral, dejando de lado a mexicanos verdaderamente preparados y con un tacto social necesario para sacar adelante a nuestro país. Es por eso que, en estas elecciones, los partidos políticos más que jugarse una silla presidencial o una curul en el congreso, se están jugando la credibilidad y la confianza que una vez más los mexicanos pondremos, resignadamente, en sus manos.
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