A un año de agresión en Rectoría, UNAM refuerza plan antiviolencia

Cambia protocolos. En colaboración con autoridades capitalinas, logró reducir delitos como ‘narcomenudeo’.

Raúl Aguilar, encargado de la secretaría para seguridad universitaria. (Octavio Hoyos)
Verónica Díaz
Ciudad de México /

Luego de los hechos del 3 se septiembre de 2018, cuando fueron atacados estudiantes que se manifestaban frente a Rectoría para solicitar más vigilancia, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inició un proceso de reestructura de las políticas y estrategias de seguridad que empieza a dar resultados.

El reto para Raúl Aguilar, secretario de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria, es salvaguardar a 356 mil alumnos y 35 mil académicos de toda la institución, así como a los cientos de miles de personas que entran y salen de sus instalaciones.

Solo en Ciudad Universitaria la población flotante es de 200 mil personas y durante el primer semestre de este año fueron cometidos 176 crímenes, lo que representa 2.25 por ciento de la incidencia delictiva en la alcaldía Coyoacán, según las carpetas de investigación.

Además de realizar campañas de disuasión para no pertenecer a grupos violentos, la casa de estudios reforzó sus estrategias. “La Universidad tiene una política de cero tolerancia hacia grupos violentos. Por los eventos del 3 de septiembre fueron expulsadas, a través del procedimiento disciplinario correspondiente, más de 40 personas y, en estrecha coordinación y apoyo de la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México, se logró procesar a más de 30 personas por la responsabilidad de estos actos”, comentó Aguilar.

Sobre el narcomenudeo en Ciudad Universitaria, Raúl Aguilar señaló: “Se ha disminuido debido a que la nueva estrategia de coordinación con la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México vinculó a proceso a 30 personas en 2018 y en 2019 a 55”.

LAS MEDIDAS

ESTRATEGIA

SEGURIDAD EN EL CAMPUS

La institución creó la Secretaría de Prevención, Atención y Seguridad Universitaria.

Modificó 20 de 80 protocolos de seguridad.

Amplió y mejoró la estructura luminaria.

Aumentó las cámaras de videovigilancia.

Instaló más botones de emergencia.

Contrató y capacitó a más personal de seguridad.

Actualizó los mapas de riesgo.

Identificó 36 rutas peatonales importantes.

Fortaleció línea “Puma”.

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