"Empezaron a balacear, agarraron parejo"; así describen testigos masacre de Silao

Inseguridad

Genaro fue una de las ocho víctimas fallecidas que dejó la masacre en Silao

Varias víctimas fallecidas en la masacre de Silao fueron alcanzadas por las balas de los sicarios / Dani Béjar
Christian Rendón
Silao, Guanajuato /

Genaro Rodríguez, de 38 años de edad, era un hombre que trabajaba en el campo. Después de la masacre ocurrida en Silao este martes, se convirtió en una de las 8 víctimas mortales que quedaron esa noche en la comunidad La Aldea de Silao.

Su muerte no ocurrió en el lugar, pues fue trasladado al hospital de Silao dónde falleció la mañana de este miércoles. De acuerdo a sus familiares, se encontraba sentado en una esquina de la comunidad cuando las balas de dos sicarios que iban a bordo de motocicletas, lo alcanzaron.

Testigos de los hechos comentaron que los sicarios buscaban a unas personas en específico; sin embargo, tras el ataque, unos vecinos que estaban en una fiesta escucharon los balazos y fueron a la escena del crimen a ver lo que ocurría, por lo cual a algunos de ellos les tocaron los disparos.

“Había aquí una fiesta; escucharon la balacera y claro, va uno a ver qué onda. Se fueron los de la esquina, los de la fiesta, y venían los de la moto y miraron quienes eran y empezaron a balacear; agarraron parejo”, comentó un testigo. 

De acuerdo a personas que presenciaron los hechos, los sicarios comenzaron a disparar por varias calles, razón por la cual los fallecidos y lesionados quedaron en diferentes puntos de la comunidad.

Un pariente de Genaro platicó desde el anonimato, por cuestiones de seguridad, sobre la agonizante noche que pasó la víctima antes de morir, pues le fue perforado el hígado y se desangró hasta la mañana.

“A Genaro le dieron uno aquí en la, por aquí le perforaron el hígado, la costilla, y al momento que pasó por el hígado le explotó y le chingaron mucho. Estuvo sangrando toda la noche y le dio un infarto y ya no pudo”, agregó. 

A Genaro le decían “La Hormiga” y tenía cuatro hijos; trabajaba en el campo recolectando repollo y lechuga, y ese día de su muerte estaba sentando en la calle cuando las balas de los sicarios lo alcanzaron. El hombre vivía solo, pues ya tenía tiempo separado de su familia.

Este miércoles sus familiares estaban esperando su cuerpo para velarlo en casa de su hermano, cerca de donde ocurrieron los hechos. Lo mismo pasó con su vecina de 16 años y el menor de 1 año 4 meses, quienes también fueron asesinados.



​ALOL

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