Tras la fachada de una empresa de camiones de carga que lleva mercancía a ambos lados de la frontera, el cártel de Sinaloa operaba en el sur de California traficando drogas desde Tijuana, según una investigación de la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) dada a conocer ayer.
El 20 de noviembre, y luego de meses de observación, la agencia montó una operación conjunta con Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés) y la policía de San Diego, en un estacionamiento de camiones en Otay Mesa, una comunidad asentada en el filo de la frontera con México.
Allí, incautaron 3.5 millones de dólares en efectivo, 685 kilogramos de cocaína, 24 kilogramos de fentanilo y aproximadamente 20 mil rondas de municiones calibre 50 (capaz de derribar aeronaves y perforar tanques de guerra), así como cientos de chalecos antibalas. Todo el material decomisado es considerado histórico por la Fiscalía del sur del California.
“Nos alienta que pudimos separarlos de sus peligrosas municiones calibre 50 y de más de 3 millones de dólares en ganancias de drogas que han obtenido vendiendo muerte, aquí, en nuestra comunidad y en todo Estados Unidos", explicó el agente especial de la DEA a cargo de la operación, John Callery.
Por su parte, el agente especial a cargo del HSI, Cardell Morant, sostuvo que la incautación a la organización liderada por Ismael El Mayo Zambada, Rafael Caro Quintero y los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán es significativa no sólo por su tamaño, “sino porque demuestra la correlación directa entre narcóticos, dinero ilícito y armas que genera violencia en nuestras comunidades y destruye vidas”.
Las municiones calibre 50 son las que usa el fusil Barret, que se ha visto involucrado en varios incidentes de seguridad en México, como el atentado contra el secretario de Seguridad de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, en junio; o el derribo de un helicóptero de las fuerzas federales en 2016. Éstas, se encontraban a bordo de un tráiler cuando fueron encontradas, mientras que el dinero fue hallado envuelto en plástico, que a su vez, estaba embarrado con grasa utilizada para los ejes de los camiones, como una forma de camuflaje, se informó.
En el lugar, fueron arrestados tres mexicanos: dos nacidos en Tijuana, Juan Alatorre Venegas de 44 años, y José Yee Pérez, de 54 años; así como uno originario de Chula Vista, Jesús Burgos Arias de 32.
Ayer, una corte federal del Distrito Sur de California les imputó cargos de narcotráfico (conspiración de tráfico de droga), por los que podrían pasar un mínimo de diez años en una prisión estadunidense y ser multados con hasta diez millones de dólares cada uno.
Se anunció que serán transferidos de la cárcel central de San Diego, bajo custodia federal, y se programará su comparecencia inicial ante la jueza Barbara Major esta misma semana.
“Esta incautación y enjuiciamiento históricos son una clara indicación del éxito de nuestros esfuerzos de investigación conjuntos (…) para erradicar esta amenaza (que asecha a) San Diego y nuestros socios en México.
“Continuaremos atacando agresivamente las operaciones de contrabando de drogas, lavado de dinero y contrabando de armas del cártel de Sinaloa, privándolos de sus mercancías ilegales, sus ganancias y un lugar seguro" dijo el fiscal federal Robert Brewer, que es un condecorado veterano de la guerra de Vietnam.
Decomiso, parte de una operación más grande
Sin embargo, la histórica incautación de la semana pasada y el procesamiento de los tres integrantes del cártel de Sinaloa forman parte de una investigación mucho más grande contra de la organización considerada por Washington, junto al Cártel Jalisco Nueva Generación, como una de las principales proveedoras de drogas ilegales en el país.
Esta investigación es liderada por la Fiscalía del Distrito Sur de California, que, en total, ha resultado en cargos contra más de 125 personas y ha tenido un impacto significativo en las operaciones mundiales del cártel de Sinaloa.
“Esta investigación también ha ofrecido una de las vistas más completas, hasta la fecha, del funcionamiento interno de uno de los cárteles de la droga más prolíficos, violentos y poderosos del mundo.
“Los miembros del cártel y sus socios fueron el objetivo de esta investigación masiva que involucró a varios países, numerosas agencias de aplicación de la ley en los Estados Unidos, varios distritos federales y más de 250 escuchas telefónicas autorizadas por la Corte sólo en este distrito”, detalló el Departamento de Justicia.
Desde 2011, la investigación del Distrito Sur de California ha resultado en decenas de arrestos e incautaciones inmensas de droga. Durante este tiempo, se han decomisado 1.3 toneladas de metanfetamina, 2.2 toneladas de cocaína, 17.2 toneladas de marihuana, 95 kilogramos de heroína y hasta 27.8 millones de dólares en ingresos por narcóticos.
Algunos de los arrestos más significativos de esta operación contra el cártel de Sinaloa en California son los de Serafín Zambada Ortiz, hijo de El Mayo Zambada, en 2013, por el que purgó cinco años de cárcel luego de declararse culpable de cargos relacionados con narcotráfico. Actualmente se encuentra libre.
O también, el de José Rodrigo Aréchiga Gamboa, El Chino Ántrax, que, en mayo de este año, tras ser puesto en arresto domiciliario en San Diego, escapó y fue encontrado muerto con un tiro de gracia en Culiacán, unos días después.
Además del de Dámaso López Serrano el Mini Lic., hijo de uno de los líderes del cártel, Dámaso López Núñez y ahijado de El Chapo Guzmán, ambos presos en Estados Unidos, que se entregó a la DEA en 2017 y que en México es buscado por el asesinato del periodista Javier Valdez.
LP