Efren García Ramírez, ex esposo y agresor de Carmen Sánchez, fue sentenciado a a 46 años y ocho meses de prisión por un ataque con ácido, luego de nueve años en búsqueda de justicia.
La Fundación Carmen Sánchez celebró este jueves la condena contra Efraín García, quien intentó asesinar a la mujer en 2014.
"¡¡Se logró!! 46 años 8 meses para Efrén García Ramírez, el criminal que intentó asesinar con ácido a Carmen en el 2014. ¡Carmen, su asesora jurídica, su familia y su grupo de acompañamiento lo logró! Que nunca les digan que no vale la pena luchar", publicaron.
PJEM emite la primera sentencia por este delito en toda AL
Con ello, el Poder Judicial del Estado de México se convirtió en el primer órgano que emite una sentencia en todo el país y en América Latina, en contra de una persona acusada de cometer este delito.
MILENIO fue de los primeros medios en documentar el caso, pues hasta hace unos años los ataques con ácido no eran considerados como delitos graves, sin embargo, varias víctimas se unieron para visibilizarlos ante la sociedad y catalogarlos como tentativa de feminicidio.
De acuerdo con la Fundación Carmen Sánchez, que lidera la misma víctima, 94 por ciento de los ataques con ácido hacia mujeres en México están en la impunidad y el Estado de México es una de las tres entidades federativas con mayor incidencia.
“Es algo que va a dejar precedente aquí en este país; hace un año conocimos a María, una sobreviviente de violencia química que tiene 33 años sin obtener justicia. Hay diferentes casos así, para mí esto es muy importante porque hasta hace unos años no conocían sobre esta violencia en el país, no éramos reconocidas por las instituciones ni por la sociedad, hoy nosotros las sobrevivientes le hemos puesto nombre y estamos siendo escuchadas”, dijo.
Ayer, la sobreviviente exigió que "la aplicación de justicia siga los más altos estándares internacionales ratificados por México en materia de erradicación de la violencia contra las mujeres”, dijo.
Además, pidió que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Estado de México garantice a Carmen el acceso al Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral para que pueda continuar con sus tratamientos médicos y asistencia social; se le garantice la reparación integral, adecuada, eficaz, efectiva y proporcional al daño y las afectaciones causadas a Carmen.
Así como la investigación en contra de 11 personas servidoras públicas quienes presuntamente son responsables de las violaciones graves a los derechos humanos de Carmen en los términos que establezca la Ley de Responsabilidades Administrativas y de la Ley de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.
Agregaron que, el 94 por ciento de los casos de ataques con ácido hacia mujeres en México están en la impunidad y que el Estado de México es una de las tres entidades federativas con mayor incidencia en este tipo de delitos, por ello, consideraron que es una buena oportunidad para dejar un precedente histórico.
Caso de Carmen Sánchez
Carmen fue atacada por Efrén en 2014 en Ixtapaluca, al oriente del Estado de México, donde había llegado a refugiarse con su familia para escapar de las agresiones que recibía, que para ese momento ya incluían el haberle clavado un desarmador en el vientre.
El imputado ejercía violencia sistemática en contra de Carmen y aunque ella denunció ante las autoridades de Ciudad de México, donde radicaba, nunca recibió protección.
La mirada de Carmen rememora esas horas de dolor: “Llego a refugiarme a la casa de mi mamá, aunque ella lo dejaba entrar fácilmente porque es el padre de mi hija. Empezamos a discutir, me decía que regresara con él, que si no quería, es porque seguro ya tenía yo a otra persona”.
Entonces pronunció las palabras que ella no olvidará nunca: “pues si no vas a estar conmigo, nunca más vas a volver a estar con nadie”.
“Abrió una botella de refresco, yo creí que era eso, y me la arrojó en la cara. Me empezó a arder. Las quemaduras no duelen, arden. Era un ardor horrible y empecé a darme cuenta cómo mi cara y mi cuello, en segundos, empezaron a crecer y crecer… se hizo muy grande mi cara. Era un dolor terrible. Luego salió de la casa rapidísimo, yo me quedé gritando y mis hermanas llegaron a auxiliarme, no sabían qué era lo que me había arrojado. Era ácido de batería mezclado con aceite de auto. Se me pegó, no se podía quitar, por más que me enjuagaba. Incluso cuando llegue al hospital me lo trataban de quitar con mangueras de presión, pero no se quitaba”.
En el hospital estuvo ocho meses, prácticamente sin ver a su familia, mucho menos a sus hijas. “Fue algo muy doloroso para mí, económicamente y de todo tipo. En aquella etapa mis hijas entraron en un estado de ansiedad, les afectó emocionalmente”. Hasta 2018, Carmen llevaba 53 cirugías, solo para tratar de sanar en lo funcional. Aunque después vendrían también las intervenciones estéticas, las marcas en su rostro quedarán para siempre.
DMZ