"Decían que me iban a matar": habla Tomás Zerón en serie de MAX a 10 años de desaparición de los 43 normalistas

En el cuarto capítulo de Los 43 de Ayotzinapa: Un crimen de Estado, MAX presenta nuevos fragmentos de la entrevista con quien fuera encargado de la Agencia de Investigación Criminal y pieza clave de la llamada "verdad histórica".

MAX estrenó el cuarto episodio de Los 43 de Ayotzinapa: Un crimen de Estado (Diseño: Milenio)
Raúl Ruiz
Ciudad de México /

Tomás Zerón de Lucio, quien vive en Israel, país con el que México no tiene tratado de extradición, y que cuenta con una orden de aprehensión en su contra por presunta tortura, aseguró en Los 43 de Ayotzinapa: Un crimen de Estado, que él no escapó, pues durante su gestión como funcionario de primer nivel que participó en la investigación por la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas, "no hubo ninguna manipulación".

En "Crimen de Estado", el cuarto episodio de la serie documental, que ya está disponible en la plataforma, MAX presenta un resumen del curso que tomaron las investigaciones tras la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos en Guerrero. 

En este capítulo, además de conversaciones con periodistas, integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), ex funcionarios de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, como Alejandro Encinas, MAX presenta nuevos fragmentos de le entrevista con el ex titular de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

Tres mil 650 días y noches sin justicia

Este jueves 26 de septiembre se cumple una década de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa. Hasta esta fecha, el caso no ha sido resuelto, incluso, el presidente López Obrador reconoció, durante su conferencia de prensa matutina del miércoles 25, que “ha sido poco lo alcanzado”.

El presidente AMLO presenta imágenes de Tomás Zerón durante una presunta tortura (Cuartoscuro)

El saldo a una década, en términos de saber qué pasó con los jóvenes, es la identificación de tres fragmentos de hueso que, tras análisis especializados, se logró verificar que en vida pertenecieron Jhosivani Guerrero de la Cruz, Alexander Mora Venancio y Christian Alfonso Rodríguez Telumbre.

Dichos restos, sin embargo, fueron hallados en circunstancias que no están del todo esclarecidas, pero se tiene certeza de que no fue en el basurero de Cocula, relacionado con la llamada “verdad histórica” anunciada por el entonces procurador Jesús Murillo Karam y que se configuró tras una investigación en la que también participó Tomás Zerón.

Zerón y Murillo Karam vuelan a Cocula 

De acuerdo con la "verdad histórica" del gobierno de Enrique Peña Nieto, expuesta a finales del año de la tragedia, el basurero de Cocula fue el lugar donde sicarios de Guerreros Unidos desaparecieron a los jóvenes. De acuerdo con la narración de Murillo Karam y Zerón de Lucio, la mayoría de los muchachos llegó sin vida, el resto fueron ultimados ahí y, una vez que no quedaban sobrevivientes, los incineraron. 

A ese sitio llegaron el entonces jefe de la AIC y Murillo Karam. Su llegada, o al menos una de ellas, fue a bordo de un helicóptero que comprometió el sitio, a pesar de que se trataba de una supuesta escena de crimen. 

El basurero de Cocula (Agencia AP)

A pesar de ello, y aunque "todas las diligencias que se tengan que hacer en un lugar que aparentemente es una escena del crimen, tiene que estar el Ministerio Público acompañando a quien haga la diligencia", según cuenta a MAX el propio Zerón de Lucio, el lugar no estaba protegido y los funcionario decidieron sobrevolarlo en helicóptero. Sobrevuelo que fue captado por un dron de la Marina y cuyo video es presentado en el cuarto capítulo de "Los 43 de Ayotzinapa"

“Nosotros nunca pensamos que pudiera alterar una escena del crimen. Lo que necesitábamos era que regresa el procurador a la Ciudad de México, y la manera más rápida era ahorrar un hora; una hora para un procurador en un país como México es mucho tiempo”, dice el ex funcionario Zerón.

El auto exilio en Israel 

En Crimen de Estado, el ex jefe de Investigación Criminal habla sobre las razones por las que actualmente vive en Israel, una nación en la que, dice, se siente seguro y a la que viajó, en principio, por invitación de un amigo. 

“Yo salgo de México meses antes que me generaran la orden de aprehensión; recibo una invitación de un amigo para venir a Israel y dar una conferencia sobre Seguridad Nacional”, señala. 

Y añade que, previo a su arribo al país ubicado en el Oriente Medio y con el que México no tiene tratado de extradición, comenzó a notar un clima enrarecido en México, y que incluso recibió amenazas de muerte. 

“Empecé a ver un clima raro en México, gente de la DEA que habían recibido llamadas de la cárcel en donde decían que me iban a matar”, declara. 

Además, el ex funcionario sobre quien pesa una orden de aprehensión por presunta tortura asegura que tras la decisión de la Fiscalía General de la República de quitarle la protección con la que contaba, comenzó a sentirse inseguro y por ello decidió tomar una vacaciones, pero rechaza haber huido de México.  

“Yo tenía un equipo de seguridad por el trabajo que había desempeñado, pero arbitrariamente fue retirado por la Fiscalía. Entonces me sentí yo también desprotegido [...] dije, voy a tomar vacaciones. En ningún momento huí del país”, enfatiza. 

El espionaje con Pegasus

Tomás Zerón de Lucio también habla sobre el espionaje a personas relacionadas con el caso Ayotzinapa, entra ellas personal del GIEI, de quienes asegura tener la certeza de que fueron vigilados. 

“Sí, sí fueron espiados [los del GIEI]. Tengo la certeza de que los espiaron, pero no fui yo, no fue la Procuraduría”, sostiene. 

Y sobre el contrato que firmó relacionado con el software de vigilancia creado por la empresa israelí NSO Group, Pegasus, asegura que su única relación con la empresa obedece a una ocasión en la que el procurador le pidió analizar un producto que les estaban ofreciendo. 

Tenia un jefe que era el que autorizaba todas las compras. Él decidía, al final, qué comprar; él autorizaba y lo tuve que firmar [dijo refiriéndose al contrato], porque era el área que podía comprar ese equipo, nada más”, destaca. 

De acuerdo con Zerón, él no tenía acceso a dicho producto de inteligencia; "lo tenía el Ejército, lo tenía el Cisen"

rarr 







 





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