Sobornos, una motocicleta regalo de Arturo Beltrán Leyva, un secuestro, reuniones con cárteles, libros contables y narcosubmarinos. Estos fueron algunos de los temas de los que pidió más información el jurado que declaró culpable de narcotráfico a Genaro García Luna, cuando deliberó por tres días tras escuchar la evidencia en contra del ex secretario de Seguridad Pública en la administración de Felipe Calderón.
MILENIO tuvo acceso a las notas escritas que los miembros del jurado realizaron hace un año, el 16, 17 y 21 de febrero de 2023, después del juicio en el que durante tres días testigos de la fiscalía estadunidense señalaron al ex mando mexicano de haber ayudado a diversos cárteles a traficar cocaína hacia Estados Unidos.
La primera solicitud del jurado, realizada el 16 de febrero, fue la transcripción del testimonio de Sergio Villarreal Barragán, El Grande, operador de Arturo Beltrán Levya, sobre presuntos pagos a autoridades mexicanas en el Puerto de Manzanillo, Colima, para recuperar aseguramientos de cocaína. Según Villarreal, el cártel producía cocaína falsa con harina y otros productos para intercambiarla por la verdadera y disfrazar la recuperación de sus productos.
El jurado también solicitó los detalles provistos por Villarreal acerca de un regalo que Arturo Beltrán Leyva habría hecho a García Luna: una motocicleta Harley Davidson a cambio de favores para facilitar el trasiego de coca.
Pero el jurado también quería revisar de nuevo lo dicho por la defensa y los fiscales estadunidenses, así que solicitaron lo dicho por ambas partes sobre los presuntos pagos mensuales al funcionario mexicano a manera de sobornos.
También solicitaron revisar lo declarado por El Grande y Óscar Nava Valencia, El Lobo, sobre el secuestro que habría sufrido García Luna por órdenes de El Barbas, para obligarlo a trabajar a su favor. Un día después también solicitaron el testimonio de Harold Poveda, alias Conejo, sobre ese secuestro.
De El Grande solicitaron revisar la historia sobre cómo obtuvo sus credenciales y placa falsas de la Agencia Federal de Investigación, cuando García Luna encabezaba la dependencia, y realizaron una segunda revisión al testimonio de Villarreal Barragán acerca de los lugares en los que García Luna y su mano derecha, el ex jefe de la División de Inteligencia Policial, Luis Cárdenas Palomino, se habría reunido con capos mexicanos de la droga.
Por otra parte, solicitaron el testimonio de Israel Ávila, el hombre que se describió como contador del Cártel de los Beltrán Leyva, y cómo él mismo habría creado libros contables en los que se detallaban los sobornos a García Luna, apodado entonces “tartamudo”.
Y solicitaron el testimonio de Jesús Reynaldo Zambada García, El Rey, sobre el pago de sobornos a García Luna en el restaurante Campos Elíseos, que se encontraba sobre Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México, además de llamadas telefónicas entre ambos, donde el mexicano confirmaba la protección institucional para el Cártel de Sinaloa.
Finalmente, el 21 de febrero, el jurado solicitó los testimonios de Conejo y de El Rey Zambada sobre el aseguramiento de dos submarinos cargados con cocaína por parte de la Guardia Costera de Estados Unidos. Momentos más tarde, el jurado había alcanzado un veredicto: culpable de los cinco cargos relacionados con conspiración para traficar cocaína y mentir a las autoridades migratorias.
Hoy quien fuera el jefe de la policía mexicana espera en el Centro Metropolitano de Detención, en Brooklyn, Nueva York, su sentencia, prevista para el 24 de junio de este año.
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