Durante el juicio en contra de Genaro García Luna, esta mañana se efectúa el contrainterrogatorio que Florian Miedel, de la fiscalía estadunidense, aplica al testigo Israel Ávila—un contador y operador de la Federación de Sinaloa—en el cual éste ha titubeado sobre algunas de las acusaciones hechas ayer durante sus respuestas a los fiscales.
Aunque el martes habló de el secuestro efectuado por su compadre Francisco Camacho a García Luna, el defensor le hizo ver que en reuniones anteriores con los fiscales en realidad nunca les había dicho que “Genaro García Luna había sido levantado”.
—Dije que la gente de Genaro García Luna había sido levantada, se supone que él también iba ahí- defendió su versión Ávila.
—Pero apenas ayer usted dijo que habían secuestrado a Genaro García Luna.
—Yo así lo entendía cuando decían que habían levantado a la gente, yo pensé que también iba él.
Miedel evidenció que no fue sino hasta que se presentó a testificar contra García Luna que involucró al ex secretario de Seguridad Pública en ese levantón.
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El abogado comenzó la jornada recordando al testigo que nunca había visto directamente a Genaro García Luna. “Es correcto, jamás lo conocí en persona”, aceptó Ávila; “es decir, que no lo vio, ni habló con él, ni le entregó sobornos o vio que los recibiera”, expresó el defensor.
En otro punto, el litigante se refirió a una reunión que tuvieron en febrero del 2020 la fiscalía del caso y el testigo de hoy en la cual el mismo Ávila les dijo que el “nombre de Genaro García Luna aparecía en los libros de contabilidad”.
Como el cooperante se negó a contestar o respondió “no recuerdo”, Miedel pidió a la traductora que le leyera al testigo lo que había declarado en esa ocasión antes los fiscales.
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"¿Le refrescó la memoria de que usted dijo a los fiscales que en los libros de contabilidad estaba el nombre de Genaro García Luna?", señaló.
Y aunque Ávila respondió no, luego intentó aclarar que él había visto que en los libros aparecían apodos como Tartamudo o Metralleta y que al principio “ni siquiera sabía que era él”, aunque en su testimonio del martes aseguró que luego los hermano Pineda Villa se lo aclararon.
El abogado Miedel recordó cómo, presionado por enterarse de que tenían 500 gigabytes de evidencia en su contra, Ávila comenzó a colaborar con las autoridades estadunidenses, aunque luego el testigo lo negó.
“Desde un inicio quería un acuerdo con el gobierno”, dijo, sin embargo, le recordaron cómo durante dos años se negó a declararse culpable y culpó a sus abogados de mal informarlo de que el gobierno no tenía pruebas en su contra.
En la audiencia de esta mañana, tanto el abogado Miedel como el juez Brian Cogan han tenido que detener la verborrea de Ávila a quien le cuesta mucho trabajo responder con un sí o un no, proclive a elaborar respuestas llenas de juicios y comentarios.
“Estaba muy nervioso durante mi sentencia”, se excusó ante el defensor, quien le cuestionó como es que se acuerda de eventos sucedidos en el 2005 y no de otros del 2018.