Cuando Ismael El Mayo Zambada le declaró la guerra al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en Zacatecas, fundó un ejército conformado por hombres jóvenes, mujeres y hasta niños que bautizó como Las Flechas de El Mayo Zambada, que ahora se ha quedado sin su líder, tras la captura del capo en Estados Unidos.
Corría el año 2021, en plena pandemia de covid-19, cuando el líder y fundador del cártel de Sinaloa, que tenía fama de ser un hombre negociador y no tan violento, encendió el cartucho de pólvora que al explotar desató la confrontación directa con los sicarios de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.
Zacatecas ardió en llamas, en una guerra que hasta el momento continúa, y que provocó el desplazamiento de cientos de miles de habitantes de 18 poblaciones de Jerez, y la muerte de dos mil 973 personas hasta julio del 2024, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
El Mayo Zambada pretendía apoderarse del control de Zacatecas, comenzando por Jerez, para continuar con Sombrerete y Valparaíso, una zona que colinda con Durango, donde inicia el famoso triángulo dorado, sin embargo, invadió los municipios jaliscienses de Colotlán, Huejuquilla El Alto y Teocaltiche, dominados por el Cártel de las cuatro letras.
En agosto del año 2022, MILENIO recorrió las rancherías de Palmas Altas, Los Sarabia, La Ermita de Los Correa, El Sauz de Los García de Abajo y El Sauz de Los García de Arriba y El Briseño, pertenecientes al municipio de Jerez, todas fueron utilizadas por los cárteles de Sinaloa y Jalisco como centros de operaciones.
Los criminales irrumpieron en estas comunidades, secuestraron a los hombres más jóvenes, les dieron armas y los llevaron al frente de batalla, saquearon todas las viviendas, se robaron los animales de los corrales para después grafitear las paredes de las casas con las siglas CJNG o MZ, Mayo Zambada, para dejar en claro a qué grupo criminal pertenecía cada territorio. No había fachada que no tuviera un tiro.
En las calles de tierra de los 18 poblados que en ese momento estaban sometidos por el narco, se apreciaban miles de casquillos percutidos producto de la guerra entre El Mayo Zambada y El Mencho, mientras que en las cocheras de varias casas fueron abandonados vehículos blindados, conocidos como "monstruos", del CJNG.
Los delincuentes también cortaron la luz de los pueblos más alejados de Jerez: dañaron los transformadores a balazos, terminaron con el alumbrado público, y destruyeron los drenajes de las casas.
Pobladores de Palmas Altas narraron a MILENIO que Los Flechas del Mayo Zambada traían entre sus filas trabajando de sicarios a menores de entre 12 y 14 años de edad, que en ocasiones dejaban las armas por un momento para jugar fútbol con los niños que salían de las escuelas.
Cuando el Ejército mexicano recuperó el control de las rancherías, los militares patrullaban armados con lanzacohetes antitanques y antibúnker, y rifles calibre 50 para hacerle frente a los vehículos blindados conocidos como "monstruos".
Algunas de estas rancherías aún lucen semidesiertas porque las agresiones continúan en contra de la población civil por parte del Cártel Jalisco y Las Flechas del Mayo Zambada.
MO