Primero vinieron las acusaciones del abogado de Joaquín El Chapo Guzmán:
Jeffrey Lichtman, uno de los dos abogados principales de Guzmán, aseguró que Ismael El Mayo Zambada es el máximo jefe del cártel de Sinaloa, el cual pagó millonarios sobornos al actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, y a su antecesor Felipe Calderón.
Ambos lo negaron.
Al día siguiente, Jesús El Rey Zambada García testificó en el juicio contra su ex socio El Chapo Guzmán, a quien señaló como uno de los líderes principales del cártel de Sinaloa.
El Chapo y El Mayo son socios
Durante unas tres horas este miércoles y otras cinco el jueves, El Rey contó al detalle el origen del cártel de Sinaloa, su estructura, su funcionamiento y varios de sus episodios más sonados.
Su testimonio, al que durante los próximos meses se sumará a los de otros narcotraficantes que cooperan con Estados Unidos, continuará aún la próxima semana.
Vestido con uniforme de presidiario, tranquilo y con un lenguaje claro y conciso, Zambada García desmintió de entrada uno de los ejes de la estrategia de la defensa: que su hermano, Ismael El Mayo Zambada, y no El Chapo, era el líder único del cártel de Sinaloa.
"Eran socios", dijo sobre los dos capos. Según dijo, El Mayo y El Chapo tenían "una relación de trabajo, una sociedad para la importación de cocaína, de narcotráfico", en la que iban "a medias".
Zambada sabe bien de lo que habla, pues él mismo era uno de los "sublíderes" del cártel, hombre de confianza de su hermano, primero como responsable de sus cuentas y luego jefe en Ciudad de México.
Desde esos puestos privilegiados, El Rey conoció personalmente a todos los pesos pesados de Sinaloa, desde finales de los años 80 hasta su detención en 2008.
Uno a uno, identificó ante el jurado a todos los nombres claves: El Mayo, Guzmán y su hermano Arturo, Amado Carrillo, Juan José Esparragoza, los hermanos Beltrán Leyva y Nacho Coronel.
Ayudó a escapar a El Chapo
Aunque habían trabajado juntos durante años, Zambada García conoció a El Chapo en persona por primera vez en 2001, poco después de su huida del penal de Puente Grande, cuando junto a su hermano fletó un helicóptero para evitar que su "compa", tal y como se referían a él, fuese capturado nuevamente por las autoridades.
Después de que el helicóptero depositase a Guzmán sano y salvo en Querétaro, el propio Zambada García y su esposa se encargaron de llevarle en automóvil hasta la Ciudad de México.
Ocultándose detrás de un periódico para evitar ser visto, El Chapo se encontró a su llegada a la capital con una patrulla policial. Según "El Rey", el narco se preocupó por un momento, pero él lo tranquilizó inmediatamente: "Están aquí para protegernos. Nadie nos va a tocar".
La cooperación entre el cártel y autoridades mexicanas fue uno de los puntos fuertes del testimonio de Zambada García.
Pagaban grandes sobornos
El 15 de noviembre, el testigo clave del gobierno de Estados Unidos dijo que El Chapo Guzmán y su cártel de Sinaloa sobornaban a la Procuraduría General de la República, a la policía, a militares y hasta a la Interpol, pagando sobornos en la Ciudad de México de 300 mil dólares mensuales. Además, narró qué hizo el capo tras fugarse del penal de Puente Grande, en 2001.
Zambada García aseguró además haber hecho pagos personalmente en nombre de El Chapo, como cuando alrededor de 2004 entregó 100 mil dólares al "General Toledano", que estaba al mando en el estado de Guerrero, donde quería preparar un desembarco de cocaína colombiana.
El Rey cuenta que habló de sus planes con Guzmán y que este le aseguró que el general era su "amigo": "me dijo que le diera de parte de él 100 mil dólares y que fuera a saludarlo" y avisarle de que iba a empezar a trabajar en la zona.
Las autoridades corruptas, según su relato, sólo trabajan con un cártel por cada "plaza", pero a través de sus distintos lugartenientes, Sinaloa controlaba buena parte de México.
La rivalidad con otros grupos, por supuesto, deparó varias "guerras", como la que enfrentó en los años noventa al cártel de Tijuana y a La Federación, el precursor del cártel de Sinaloa.
El conflicto casi le costó la vida al propio Zambada García, que sobrevivió a un tiroteo en el que una bala le rozó la cabeza y le dejó una importante herida. Menos suerte tuvieron su hermano Vicente, que fue asesinado a la puerta de su casa en Cancún, y muchos otros.
Los asesinatos
El Chapo fue otro de los objetivos de los sicarios del clan de los Arellano Félix, que en 1993 fallaron en su intento de liquidarlo en el aeropuerto de Guadalajara y que, por error, mataron allí al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
También hubo víctimas inocentes cuando Guzmán, poco antes, había tratado de acabar con Ramón Arellano Félix en la discoteca Christine de Puerto Vallarta.
Diez años más tarde, y tras escapar por primera vez de prisión, El Chapo sí logró su objetivo y éste fue asesinado en Mazatlán.
Según "El Rey", un par de años después El Chapo le admitió que "si algo le dio gusto, fue haber matado" a Ramón Arellano.
Esta semana, un Guzmán elegantemente vestido escuchó con atención y gesto impasible el relato desde el banquillo de los acusados.
Hoy, El Rey reveló que El Chapo Guzmán ordenó matar a Rodolfo Carrillo Fuentes, del cártel de Juárez; a Julio Beltrán, al comandante Nemesio y al JL. Además de formar parte de un plan para asesinar a José Luis Santiago Vasconcelos, zar antidrogas quien murió en un avionazo junto con Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación.
A partir del lunes, sus abogados tendrán ocasión de cuestionar a Zambada y defender su teoría de que la historia de El Chapo es más "leyenda" que realidad, un juicio que arrancó el 5 de noviembre con la elección del jurado y que se prevé que pueda durar 4 meses.
Por el momento, uno de los abogados de El Chapo, William Purpura, aseguró que El Rey se ha inventado "una telenovela".
jbh