Guerrero es una de las entidades más peligrosas para ser mujer, sea adulta, joven o niña; si habitas en la región de La Montaña el riesgo aumenta. De acuerdo con el Centro de Derechos Humanos Tlachinollan, del 2004 a octubre de 2021 se registró la muerte violenta de 100 mujeres.
En su informe de actividades “Tu nombre que nunca olvido”, el centro de derechos humanos detalla que los municipios de la región de La Montaña que concentran el mayor número de feminicidios son Tlapa y Ayutla de Los Libres, localidades que desde 2017 cuentan con alertas por violencia de género; le siguen Metlatónoc, Alcozauca, Cochoapa el Grande y Xalpatláhuac.
Los años con mayor aumento de muertes violentas de mujeres son: 2015, 2020 y 2021; en el periodo que va de septiembre de 2020 al mes de octubre de 2021, Tlachinollan registró 26 feminicidios de los cuales, solo el 20 por han sido procesados los responsables, y un porcentaje mínimo han alcanzado sentencias condenatorias.
El documento refiere que la violencia de género y los casos de agresiones contra las mujeres se incrementaron durante la pandemia: al menos de la mitad de las agresiones sucedieron en sus casas a manos de familiares o conocidos; el registro de feminicidios son contra esposas que oscilan de 20 a 40 años.
Matrimonios forzados
La violencia contra las mujeres ha escalado particularmente contra niñas y adolescentes, quienes son víctimas de matrimonios forzados; los casos se multiplican en los municipios de Cochoapa el Grande, que tiene más de 144 comunidades; Metlatónoc, que cuenta con 156; Alcozauca, con 21; en cinco comunidades Xalpatláhuac, y nueve comunidades Me’phaa-Baathaa, del municipio de Tlapa.
La mayoría de estos municipios cuentan con muy bajos índices en desarrollo humano: la tasa de analfabetismo se incrementa en las mujeres indígenas y el monolingüismo es más alto en ellas que en los varones.
El informe revela que “la totalidad de las niñas son obligadas a casarse con niños que no conocen y que al ser confinadas a la casa del niño son víctimas de maltratos y de violación sexual por parte de los suegros” y que también las obligan a trabajar en los campos agrícolas para devengar los gastos que realizaron en su boda.
Las características de los matrimonios forzados es que los padres del niño y de la niña son quienes acuerdan la cantidad que se pagará por la alianza. Las cantidades oscilan entre 50 mil a 300 mil pesos y son fijadas según los destinos de migración que tienen los jóvenes, ya sea como jornaleros agrícolas en los estados del norte del país o como migrantes en Estados Unidos.
DMZ