El narcotraficante Tirso Martínez, El Futbolista, confesó que pagaba sobornos a un militar en Chiapas, un comandante en Guadalajara y un oficial en León, para que le permitieran traficar droga hacia Estados Unidos.
Al concluir su participación como testigo en el juicio contra Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública, dio detalles de su vida como narcotraficante.
“¡Cabrón, sé que no tienes dinero!”
El capo aceptó que el dinero que ganó en el narcotráfico lo gastó en comprar equipos de futbol, perder grandes cantidades en peleas de gallos, en mujeres, autos, propiedades; “hasta compré un avión”, confesó.
Tirso Martínez contó que cuando lo arrestaron en el 2014 intentó sobornar al comandante que estaba a cargo de la operación pero que éste le respondió “¡cabrón, sé que no tienes dinero!”. Dijo que aunque ya obtuvo su libertad en el 2001, aún debía pagar al gobierno de Estados Unidos dos millones de dólares de multas para lo cual, dijo, “ya estoy trabajando en eso”.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ubicó a El Futbolista como "jefe de un cártel internacional de drogas que importó decenas de miles de kilogramos de cocaína" a territorio norteamericano desde México.
Tirso Martínez Sánchez fue detenido en México el 2 de febrero de 2014, con base en una orden de arresto provisional emitida por el Distrito Este de Nueva York y el 17 de diciembre de 2015 fue extraditado a Estados Unidos.
Cocaína era distribuida en trenes y remolques
La acusación del gobierno estadunidense y documentos judiciales, refieren que el capo era el líder de una extensa organización transnacional de importación, distribución y transporte de narcóticos la cual obtuvo envíos de varias toneladas de cocaína de fuentes de suministro colombianas.
A decir de los norteamericanos, el capo organizó la importación de esa cocaína utilizando una elaborada red de transporte de trenes, camiones con remolque y otros vehículos.
Una vez que la cocaína estuvo en Estados Unidos, ordenó a los miembros de la organización que transportaran la cocaína por tierra a grandes centros de distribución, incluidas algunas áreas ubicadas en Los Ángeles y Nueva York, así como áreas metropolitanas de Chicago.
Ordenó a los miembros de su organización que coordinaran la logística de almacenamiento de la cocaína en los depósitos de escondite y el transporte de la cocaína a los distribuidores y clientes en todo Nueva York y otros lugares como California e Illinois.
El Futbolista instruyó que su grupo estableciera y mantuviera numerosas compañías de fachada para comprar o arrendar estos depósitos de escondite y vehículos para transportar cocaína, y para comprar "cargas de cobertura" o bienes legítimos que se almacenaron y transportaron con la cocaína para enmascarar el cargamento de cocaína.
Con información de Juan Alberto Vázquez
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